Estos mandalas pertenecen a una colección de cuadernos, y cada uno de ellos ha sido ideado con intenciones precisas y muy sentidas. Los Mandalas para cultivar… la alegría han sido concebidos para los que ya no consiguen comunicarse con su corazón de niño o niña, aquellos que se han alejado de los juegos, la alegría, la fantasía y las risas. La vida a veces resulta pesada de llevar y se presenta cargada de exigencias, hasta el punto de que llegamos a olvidarnos de sonreír, de felicitarnos y festejar la existencia como tal. Sin embargo, la alegría es innata en el ser humano y por ello siempre está a nuestro alcance. El mandala es en sí una expresión de alegría que nos permite sentir paz y armonía y acercarnos a nuestro propio centro vital. Los mandalas de este cuaderno son una invitación a silenciar durante unos instantes nuestro lado racional y a desarrollar nuestra creatividad, a volver a encontrarnos con aquello que nos inspira y nos llena de regocijo. ha pasado la mayor parte de su vida en la región de Montreal. La muerte a una tierna edad de uno de sus hijos la conmociona y la orienta hacia una búsqueda espiritual. En 1987, escribe un libro sobre lo ocurrido, titulado: Un ange dans ma vie (Un ángel en mi vida). Tras abrir un espacio multicultural, con libros sobre tendencias donde costureros, estilistas y fabricantes acuden en busca de inspiración, se retira unos años más tarde para dedicarse a un trabajo más interior y creativo. En 1995, tras formarse en creación literaria, canto y pintura, descubre el mundo de los mandalas, y éstos se convierten para ella en una auténtica revelación. Su alma de artista la conduce a la creación de mandalas específicos para diferentes situaciones anímicas.

Los mandalas permiten comprender nuestra esencia, y son una herramienta indispensable para poder realizarnos de acuerdo con ella. Pintar un mandala puede ser interpretado como un juego pero, ¿es tan así?, pensemos un poco el tema. Esta creativa actividad requiere de la suspensión absoluta de la conciencia, lo que nos posibilita un acceso a nuestros impulsos más profundos. Para lograrlo, podemos aprender a interpretar nuestros propios diseños de mandalas, a través de la elección de los colores y tonos que utilizaremos. La forma en que los combinemos tiene una significación profunda y reveladora. Analicemos con atención, tratando de encontrar en ellos factores comunes, ya que allí reside la clave para conocernos mejor. Cada color tiene su significado:
 Amarillo: luz, alegría, jovialidad, liberación.
 Azul: felicidad, paz, equilibrio emocional, tranquilidad.
 Blanco: pureza, iluminación, virtud, integridad.
 Gris: sabiduría, renovación, dignidad.
 Marrón: estabilidad, arraigamiento.
 Naranja: optimismo, sociabilidad, actividad, autoconfianza, energía.
 Negro: limitación personal, muerte, misterio.
 Rojo: sensualidad, amor, pasión, fuerza de voluntad.
 Rosa: romanticismo, dulzura, altruismo.
 Verde: esperanza, vida, naturaleza, bienestar.
 Violeta: magia, transformación, mística, espiritualidad.
 Los invito a descubrir los reflejos de la vida interior, interpretando nuestros propios mandalas. Es un maravilloso comienzo para una vida mejor.

Mandalas espirituales te ofrece una colección de mandalas coloreables especialmente diseñados para ayudarte a mantener el sosiego y la serenidad de espíritu. Están basados en formas y figuras evolutivas que se han utilizado desde la antigüedad para representar lo trascendente y ayudar a la elevación interior.