Este es un libro hecho de hojas de papel. El papel lo ves y lo tocas gracias a lo que no ves y vibra entre sus átomos, y lo llaman celulosa. No lean este libro si piensan que el cuerpo humano es solo carne física, material y tocable, no habiendo nada más. Pero si piensan que, como todo en el universo material, se esconden vibraciones de energía sustentando todo aquello que vemos, entonces abran la mente y permitan que les hable con otros pensamientos y enfoques. Quizás pueda ser un nuevo punto de partida en el entendimiento de la salud y la enfermedad. Yo no quiero tener razón, solo la experiencia que permita el cambio de perspectiva.

Muchos lectores han pensado alguna vez que les gustaría recibir un consejo de Louise o saber su opinión sobre un tema concreto. Algunos se han decidido y le han enviado una carta.

Esta es una selección de esas cartas y las respuestas que Louise les ha dado.

Este libro reúne una selección de los textos que Louise Hay ha publicado en su columna periodística en respuesta a las cartas que le dirigen sus lectores consultándole sus problemas y dudas.

En él, nos habla de temas que nos interesan a todos, como la amistad, el bienestar espiritual, los miedos, los problemas emocionales, la prosperidad, las relaciones familiares, la salud, etc. Y lo hace con su habitual serenidad. Sus palabras nos transmiten sabiduría y paz, nos enseñan a amarnos y valorarnos a nosotros mismos, y nos ayudan a descubrir nuestra fuerza interior.

Las cartas están clasificadas por temas para facilitar la consulta, de modo que el lector pueda ir directamente al asunto que más le interese en un momento determinado. Cada capítulo se inicia con lo que Louise Hay llama un «tratamiento», es decir, un texto lleno de declaraciones positivas, y finaliza con una lista de afirmaciones relativas al tema. Louise también nos recomienda una serie de libros que pueden ayudarnos en nuestro camino de crecimiento interior.

Con su característico estilo simple y lleno de sabiduría, Louise Hay llega directamente a nuestra mente y nuestro corazón, y hace que nos resulte más fácil comprender las sencillas verdades de la vida, como el hecho de que para ser felices y amar a los demás, hemos de empezar por amarnos a nosotros mismos tal como somos en este preciso momento.