"En su clásico libro Como un hombre piensa, así es su vida (Ediciones Obelisco), James Allen muestra cómo nuestros

pensamientos y sueños determinan el tipo de persona en que nos convertimos. En Las 8 columnas de la prosperidad, el autor nos revela con gran profundidad y detalle las cualidades precisas que es necesario cultivar para conseguir un éxito duradero y completo en la vida. Allen afirma que la prosperidad se apoya en 8 pilares:

energía, economía, integridad, método, simpatía, sinceridad, imparcialidad y autoconfianza.

Gran parte de las dificultades que encontramos a lo largo de nuestro camino en el mundo tienen su origen en el hecho de que adaptamos nuestro ser, adaptamos quienes somos, a la vida que llevamos, y no al contrario. Esto sucede porque no pensamos nuestra existencia a partir del cuerpo, sino a partir de la mente; que solo es consciente de una fracción infinitesimal de toda la información de la que dispone el sistema nervioso que la genera. Así, basamos nuestra vida en abstracciones mentales simples, probables y casi siempre erróneas. ¿Es posible, sin embargo, rediseñar los distintos aspectos de nuestra vida a partir de la realidad neurológica y corporal, en lugar de a partir de las ideas abstractas elaboradas por la mente? Ser Cuerpo se inscribe dentro del movimiento de difusión de las prácticas corporales basadas en la “percepción interna del cuerpo”, iniciado en el ya publicado Pensar con el Cuerpo. Se trata de un complemento imprescindible a esa primera lectura para todos aquellos que busquen redirigir su vida desde una perspectiva que no penalice, sino que sostenga quienes son. 

La ciencia de los minihábitos destapa las incongruencias de la mayoría de las estrategias de crecimiento personal, estrategias de superación que van en contra de las reglas naturales de tu propio cerebro y que a la larga lo único que consiguen es alimentar la culpa y la frustración. Un minihábito es una pauta sencillísima de conducta positiva, que puedes aplicar cómodamente en tu día a día. Cumplir con un minihábito requiere un esfuerzo tan nimio que es imposible flaquear. Para conseguir resultados permanentes tienes que dejar de luchar contra tu cerebro y actuar según sus reglas. Cuando lo haces, el miedo, la duda y las vacilaciones desaparecen de la ecuación y te descubres a ti mismo como amo y señor de una fuerza de voluntad que ni sospechabas poseer. Hacer un poquito es mejor que no hacer nada (matemática pura), y hacer un poquito todos los días es infinitamente más efectivo que hacer mucho en un día. Porque hacer un poquito cada día es suficiente para cristalizar un hábito fundamental que puede cambiarte la vida.