En El aprendiz impecable Rosa Maria Wynn nos habla del compromiso con nuestro camino espiritual, con el amor y la voluntad, invitándonos a vivir de otra manera. Nos explica lo que supone vivir como un aprendiz que aspira a ser impecable.

Aquí se nos dan las claves para que, a través de las pequeñas y las grandes dificultades de cada día, vayamos adquiriendo la luz del entendimiento de los que eligen la paz por encima de todo.

Esta no es una obra teórica, sino una guía de espiritualidad práctica, especialmente útil para cualquier persona que quiera afianzar su intención y claridad en la vía que ha elegido. Este libro ofrece una lectura poderosa e inspiradora que no te dejará indiferente, y muy bien podría cambiar la dirección de tu vida.

Tu Om Diario te aporta una aproximación universal a la vida holística para la mente, el cuerpo y el espíritu, y sirve de ayuda a quien desee practicar un estilo de vdia más consciente.

La delicada y reafirmante sabiduría contenida en estas páginas pretende conseguir que cada día te resulte más feliz, menos estresante y más satisfactorio. Te presenta elementos de la majestad de la Madre Naturaleza que quizá nunca habías observado, te guiará en tu descubrimiento del ritmo interior que siempre habías anhelado y te inspirará para que aceptes el cambio en cada rincón de tu existencia.

Es un libro que proporciona mensajes de sanación, conciencia y bienestar, y sin duda sirve como guía valiosa para encontrar equilibrio y bienestar a través del conocimiento consciente.

Cuando leas estas páginas, que abordan temas como la meditación, las relaciones, la naturaleza y muchos otros más, comprobarás que pueden conseguir que el viaje de tu vida cobre mucho más sentido.

Al abrir la mente a las posibilidades que ésta contiene descubres que el poder para crear una vida gratificante y plena de sentido permanece contigo de modo perenne. Tu Om Diario es una excelente herramienta para ello.

«El Océano Transparente te llama… ¿o lo llamas tú a él sin saberlo?»
Escrito en prosa poética, El Océano Transparente nos habla del viaje iniciático, de sus regiones y recovecos, de los anhelos y desvíos de los caminantes espirituales que buscan su verdadero origen.
Los lectores de El Océano Transparente encontrarán en sus páginas una forma de acercarse a la inspiración espiritual.
«Nada se conoce del Océano Transparente. Las imágenes se desdibujan, las palabras se deshacen… El alma es una ola fundida en su misterioso origen, cuya huella ha desaparecido, pues ya no necesita recordar…»

El autor: Álvaro González es profesor del Centro Noesis y lleva 10 años dedicándose a impartir cursos de Auto-Conocimiento y Espiritualidad. Es creador, junto a Ángeles Soto, del podcast Sendero a la Nada, un podcast con miles de oyentes dedicado a la espiritualidad, el autoconocimiento, las religiones comparadas, el simbolismo y todos aquellos temas relacionados con el desarrollo espiritual del ser humano.

La meditación espiritual es el camino hacia la Divinidad. Es la escalera mística que lleva de la tierra al cielo, del error a la Verdad, del dolor a la paz. Todos los santos la han escalado, todo pecador debe, antes o después, llegar a ella, y todo cansado peregrino que da la espalda a su yo y al mundo, y dirige su rostro con resolución hacia el Hogar del Padre, debe posar sus pies en sus escalones dorados. Sin su ayuda no puedes crecer hacia el estado divino, a parecerte a lo divino, hacia la divina paz, y las glorias inmutables y las alegrías impolutas de la Verdad se mantendrán escondidas de ti.
La meditación, en el sentido espiritual, es el secreto de toda vida y todo conocimiento espiritual. Todos los profetas, sabios y salvadores se convierten en lo que son por el poder de la meditación. Buda meditó en la Verdad hasta que pudo decir: "Yo soy la Verdad". Jesús reflexionó sobre la Divina inmanencia hasta que por fin pudo declarar: "El Padre y yo somos Uno". La meditación centrada en las realidades divinas es la esencia misma y el alma de la oración. Es la extensión silenciosa del alma hacia lo Eterno. La mera oración petitoria, sin meditación, es un cuerpo sin alma, y no tiene poder para elevar la mente y el corazón por encima del pecado y de la aflicción.