Con este precioso «Almanario», Maribel Maseda te propone un trabajo muy bonito y sorprendente de exploración y descubrimiento de lo más mágico y cercano que hay en tu vida: tú mismo.
La autora ha elaborado cada dibujo, frase y pieza de este «Almanario» para ayudarte a adentrarte en tu propio mundo y que vayas tomando más conciencia de lo que te configura de la manera que eres y no de otra, de que cada uno es especial.
No se trata de un proceso psicológico ni estrictamente emocional. Es un recorrido por mundos que conectan con algo más profundo y verdadero de uno mismo que bien pudiera llamarse «Yo original» o «Alma», algo que estaba antes de que llegáramos aquí.

El autor nos presenta su experiencia, que culmina en un proceso de apertura de consciencia y transformación.

Tras operarse de cáncer de colon en agosto 2014, se reprodujo con metástasis. La enfermedad ha propiciado una profunda mirada hacia su interior que le ha llevado a comprender el guión de vida en la que los seres humanos estamos atrapados: el guión de separación, desde el que ha transitado hacia la integración en la conciencia de Unidad, la realidad latente en el corazón de todos los seres.

Este libro es una continuidad del anterior: “De la Separación a la Unidad, un guión universal”.

El recorrido espiritual que se describe en este libro es el tradicional viaje del alma en busca de sí misma. Tras la obligada etapa de "travesía del desierto, descenso a los infiernos o noche oscura del alma", el viajero acabará llegando finalmente a su destino, guiado por la luz del ya clásico "conócete a ti mismo".

Nos encontramos en el umbral de una Nueva Era, propiciada por la Precesión de los Equinoccios, y la inevitable participación de nuestro pequeño planeta en la compleja Red de corrientes cósmicas que tejen sin cesar la urdimbre de ese magno misterio que llamamos la Realidad, el Universo Manifestado, en el que todos “vivimos, nos movemos y tenemos el ser”.

Quienes cumplen con el sagrado deber de renovar cíclicamente la presentación formal de los Misterios Universales, nos informan de que hay una transición de 500 años entre la salida de una Era zodiacal y la entrada de la que le sigue, de acuerdo al aparente movimiento retrógrado de la precesión equinoccial. Cuando tuvo lugar la transición que precedió a la actual, las vidas de servicio mundial del Buda y del Cristo, separadas aproximadamente por cinco siglos, presidieron ese tránsito de la Era del Carnero (Aries) a la era de los Peces (Piscis). Desde entonces, las energías de la Sabiduría y del Amor, que ellos introdujeron en nuestra atmósfera psíquica y mental, están disponibles para todos los que emprendan el camino de identificación con su inherente naturaleza cristo-búdica. En el nuevo ciclo que ahora enfrentamos, la Era del Aguador (Acuario), la Humanidad tiene la ocasión de reconducir nuestra Historia colectiva a un territorio nuevo, el territorio de la fraternidad y de la unión esencial de todos los seres humanos, inteligentemente percibida, y aplicada desde la vivencia sabia y amorosa de nuestra condición humana.