El título de este libro está inspirado en la imagen inmortalizada por D. H. Lawrence en su novela El arcoíris. Así como la niña de la historia quedó liberada cuando sus padres resolvieron sus diferencias y ella pudo vivir en los pilares de amor y fortaleza que ellos representaban, Jesús nos pide que veamos nuestras vidas enmarcadas entre los pilares del perdón y el amor, permitiendo que su serena fortaleza y dulce protección nutran nuestra experiencia y alimenten nuestro aprendizaje.
Los brillantes comentarios de Ken Wapnick nos permiten reconocer el contraste entre la vida bajo el arco del amor y fuera de él. Asimismo, los pensamientos de Walt Whitman nos inspiran a vivir una vida de amor y compasión universal:

«Quien degrada a otro, a mí me degrada, 
y todo lo que hace o dice vuelve a la postre a mí».
Este libro nos ofrece valiosos ejemplos prácticos de cómo elegir el camino del amor en situaciones cotidianas, ayudándonos a distinguir su voz y a diferenciarla de la del ego.

El Maestro Jesús nos ha llevado a escribir esta serie de libros, que comienzan con este primer volumen, para aclarar el Verdadero mensaje de Un Curso de Milagros sin tergiversación alguna y para que los maestros De Dios no pretendamos cambiar lo que dice el Curso tan solo porque nosotros no lo estemos aceptando e implementando en nuestras vidas como realmente es.
El Curso va dirigido a una mente que empieza a estudiar a cerca de sí misma y que está dispuesta a reconocer los trucos de autoengaño que ella misma utiliza para no aceptar la simple Verdad de que Somos Un solo Ser. Sin embargo, pareciera que algunos hermanos que estudian el Curso con el ego muy firmemente establecido como su identidad, no se permiten, ni cuando ya son maestros, aceptar la simple Verdad de que ya estamos todos a salvo en la Mente De Dios, siendo este un hecho eterno.
Con esta serie de libros vamos a ofrecer la posibilidad de no demorarnos con más tergiversaciones del material canalizado, ofreciendo así una reflexión clara y sincera acerca de que la Verdad se puede aceptar completamente ahora, siempre que esa sea nuestra única Voluntad.

No puedes escribir sobre Jesús sin encontrarte con él, y que mejor compañía que la suya.

Espero que la proximidad que sentí de su ser mientras escribía, se haya quedado grabada en las palabras y los gestos gramaticales que se expresan en estas páginas. Espero que se sienta su respiración junto a la mía y su firmeza junto a mis vacilaciones. Es mi historia, pero también la de todos nosotros en este despertar que tan largo se nos hace, por tratar de unir nuestro deseo de eternidad con el gusto por las cosas del mundo.

Esta existencia errante nuestra, está basada en esa confusión: la del espíritu que se creyó un cuerpo y tiene miedo de volver al éter que es su hogar. Jesús hizo ese viaje improbable desde aquí. Esta es parte de su historia contada por uno que "accidentalmente" pasaba por ahí y se cautivó, primero de su mensaje y, después de su transformación en ángel.

La idea para este libro se originó en una charla dictada al final de un taller sobre enfermedad y sanación que tuvo lugar en nuestro centro.
A los docentes nos sorprendió la paradoja de que los estudiantes pasaban una semana discutiendo la sanación desde la perspectiva del perdón y el deshacimiento de la separación, y por otra parte, practicaban fervientemente el juicio y la condena entre ellos —en oposición directa al bondadoso y dulce tono de las palabras de Jesús en Un curso de milagros.

Por eso, esta charla se dedicó a la bondad de la sanación, con la esperanza de reforzar el mensaje de Jesús sobre el deshacimiento de la separación. La bondad refleja nuestra inherente unidad mutua, mientras que el ataque nos lleva a separarnos aún más en nuestra conciencia.
Al repasar los principios de enfermedad y sanación y algunas aplicaciones erróneas comunes, los comentarios en este libro nos ayudan a deshacer la fuente de la carencia de bondad, para que en todas nuestras interacciones reflejemos la Fuente de la bondad.

Esperamos que este librito sirva para recordarnos a todos la necesidad de ser bondadosos, el principio espiritual por excelencia.