El Budismo es pura Sabiduría. Se sumó así al cúmulo de Sabiduría Universal que impregnó a todos los tiempos y lugares. Su realismo, su brillante psicología, sus principios y técnicas son admirables por su rigor, por su claridad, por su franqueza y porque invitan a una superior calidad de pensamiento y de vida. Aspira, por encima de todo, a la libertad interior. 

El ser humano, cuanto menos sujeto está a los apegos, cuanto más se establece en el desapasionamiento y va eliminando los vínculos de la mente, más libre es, más independiente, más valioso para sí mismo y para los demás. Hay un conocimiento racional y hay un conocimiento suprarracional. De ambos se sirve el Budismo. La sabiduría discriminativa es como un escalpelo para rasgar la niebla de la ilusión. El Ojo del Dharma puede ver donde sólo ven niebla los ojos ordinarios. Es el Ojo de la Verdad, que trasciende la condición meramente humana y puede ver las cosas tal y como son. Y llamo Budismo genuino a aquel que, lejos de todo oscurantismo, abiertamente, mostró el Buda para beneficio de los seres humanos.

Más de cien mágicos cuentos nos descubren cómo resolver las dificultades del día a día

Ramiro Calle ha recopilado, en sus innumerables viajes a Oriente, los mejores cuentos espirituales que nos ayudan a afrontar las dificultades diarias mediante útiles reflexiones y consejos.

La lectura se convierte en un seductor viaje por historias pobladas de personajes reales e imaginarios -yoguis, reyes, sabios, ermitaños, animales que encarnan los diferentes comportamientos del ser humano, con sus defectos y virtudes, y que nos permiten analizar y resolver las contrariedades que se puedan presentar en situaciones cotidianas.

Cada una de las historias ilustra las dificultades propias de la vida diaria, y además nos da las claves para resolverlas con facilidad, junto con unas acertadas y sabias recomendaciones.