Cagliostro, el último alquimista
Cagliostro, el último alquimista
- EAN: 9788484325222
- ISBN: 9788484325222
- Editorial: Editorial Crítica
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 150 X 220 mm.
- Páginas: 272
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
AGOTADO
Otros libros de Alquímia
Criterivm natvrae : epítome de chemicina y espagiria
El capricho de la Historia ha hecho que hoy el término ?alquimia? se aplique tan solo a una disciplina de carácter esotérico y oscuro, empeñada tanto en transmutar metales innobles en oro como en la consecución del Elixir de la Inmortalidad, despojándola así de toda su dimensión de ciencia de la Salud. Sin entrar en el d ebate Realidad /Quimera de la ciencia alquímica, pues que no son estas páginas el foro más adecuado para ello, es, no obstante, nuestra intención la de reivindicar por legítimo y en histórica justicia, el derecho de la vieja Alquimia a utilizar su nombre en relación con las ciencias de la Salud y precisamente en este sentido y para evitar confusiones, es por lo que hemos re-acuñado el término "kemicina? o "chemicina? en paralelismo evidente con el de "medicina?. La Kemicina o medicina espagírica se fundamenta pues en las estrictas leyes herméticas originadas en el paradigma egipcio y son estas leyes las que diferencian sus principios de los conceptos médicos y farmacológicos al uso. Desde tiempo inmemorial los alquimistas sabían que todo remedio se halla en la Naturaleza como una redención de los errores emanados de una manipulación indebida de la misma. Estamos pues en un terreno en el que ciencia y "moral? se dan la mano para llevarnos por los derroteros de una Ciencia con Consciencia. La Espagiria o Alquimia menor, se define como el arte de separar lo puro de lo impuro. Arte separatoria por excelencia que exige toda una liturgia de lab-oratorio (ora et labora que decían antaño los venerables monjes nazarenos). Por otra parte, la separación de lo puro de entre lo impuro exige necesariamente el paso por la muerte, los misterios de Thanatos, oficiados en el "athanor?, el horno secreto de los alquimistas cuyo fuego devora las partes más impuras de la materia para devenirlas en "espíritu? y volverlas a cristalizar de nuevo en la perfecta geometría que les impuso el Único Señor. ... Leer resumen completoOcultar resumen completo
dto.
Pinceladas de naturaleza
Perfecta conjunción entre arte y palabra, con la naturaleza y Spagyria como hilo conductor, descubre las fuerzas arquetípicas que impregnan el universo.
El arte es, según la Real Academia Española, la 'manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros'. En Pinceladas de Naturaleza su autor, y mi hermano, Héctor Avilés Morrondo, hace uso de los dos primeros recursos para, con la sensibilidad que siempre le ha caracterizado, plasmar con el pincel y la palabra la analógica relación que existe entre la forma de la diferentes especies, su hábitat y sus propiedades terapéuticas.
Y es que ya dijo Novalis que «mejor que el científico, comprende el poeta la naturaleza».
Obviamente, el científico al que se hace referencia es el que responde al paradigma actual, según el cual el observador tiende a proyectar sobre lo observado todo aquello que pretende demostrar, en lugar de escuchar, oler, sentir, percibir y, en definitiva, vivir en su máxima expresión el objeto de la contemplación. Además, tendemos a definir los objetos de forma aislada, evitando toda interacción con el entorno. Por el contrario, el poeta, y en general el artista, ve y va más allá de las formas, las sueña, las ensueña, las analogiza, las mitifica, las esencializa... Y de esencias es, precisamente, de lo que trata esta obra, es decir, de Spagyria.
Me congratula escribir este prólogo porque hasta ahora siempre que me han preguntado acerca de libros en los que aprender Spagyria, he acabado emplazando a mi interlocutor a estudiar el «libro de la vida», o lo que es lo mismo, el «libro de la naturaleza». Ahora, con Pinceladas de Naturaleza siento que ese gran libro se hace aún más accesible. Y es que esta obra es fruto de la contemplación, del íntimo diálogo que surge cuando en lugar de, como decía antes, proyectar sobre lo contemplado nuestros prejuicios e informaciones adquiridas, es el propio objeto el que nos revela el sentido de su propia existencia. En Spagyria, todo lo que existe es contemplado desde una triple dimensión: detrás de todo hay una idea, una función que pugna por expresarse materialmente y que se acompaña de una dirección energética, de una onda, diría un cuántico. Así, el spagyrista, distinguiendo estos tres niveles, otorga a las funciones un ordenamiento septenario, como hace la luz que, atravesando un prisma de cuarzo, se difracta en siete rangos de color.
Los antiguos se empeñaban en explicarnos esta distribución septenaria en todo lo que existe, hasta el punto de elegir entre sus divinidades a siete principales para gobernar su Olimpo y, en consecuencia, su mundo arquetípico. Esto se atribuía a Marte, aquello a Mercurio... Intentaban que percibiéramos el mundo de los dioses administrando la totalidad de los acontecimientos que se pudieran vivenciar. Las fuerzas de Marte, las de la batalla, las de la conquista, las de la fiebre, las de la irritación, las de la disputa o las de la violencia, ¿vienen entonces de los dioses o de los planetas cuyo nombre toman? No, querido lector, estas fuerzas vienen del universo, de lo indefinido, de nuestro origen y se observan en todo: en los átomos, en los cristales, en los colores, en las formas, en los vegetales, en los animales y hasta en el hombre, en sus funciones biológicas y psicosociales. Estas fuerzas arquetípicas impregnan el universo, tal y como lo veían nuestros ancestros.
dto.
El evangelio de Cagliostro
Alesandro Cagliostro nace en Palermo un 8 de Junio de 1743 y muere en Roma el 26 de Agosto de 1795.
Viajero infatigable recorrió entre otros países: Grecia, Egipto, Arabia, Malta, Persia y Rodas, donde se inició en los secretos de la alquimia y otras ciencias herméticas. En Roma contrajo matrimonio con Lorenza Feliciani de la que nunca se separó, sindo su fiel compañera en todos sus peregrinajes. En Londres, en 1771, obtuvo grandes ganancias vendiendo elixires de juventud, filtros de amor, etc. En esta capital se inició en la Masonería y como Gran Copto de la Masonería Egipcia estableció logias.
Por sus curaciones, su encanto personal y conocimiento ocultos, se le abrieron las puertas de la corte del rey Luis XVI. Después de un periplo por varias capitales europeas vuelve a Francia, donde se ve envuelto en un desagradable asunto por el que fue a prisión, aunque finalmente es absuelto.
En Roma es apresado por la Inquisición acusado de herejía, le condenan a muerte, conmutándosele la pena por cadena perpetua: muere en el castillo de San Leo y su esposa, también condenada, es recluida en un convento a perpetuidad.
dto.