La osteoporosis

El autismo se ha convertido rápidamente en un problema mundial. Hace treinta años afectaba a 1 niño de cada 2.500. En la actualidad, a 1 de cada 88. ¿A qué se debe este astronómico incremento? La mayoría de los médicos no saben qué causa el autismo, ni cómo prevenirlo, ni cómo tratarlo. La única forma de tratamiento reconocida es enseñar a los afectados y a sus familiares a vivir con el problema. Para mitigar los síntomas se suelen prescribir antidepresivos, antipsicóticos y estimulantes, pero sin ofrecer ninguna posibilidad de cura, ya que se considera que el problema es para siempre. Sin embargo, el autismo se puede prevenir y se puede tratar con éxito sin utilizar medicamentos. Este libro describe un estilo de vida y un enfoque dietético innovador, que ha demostrado ser muy efectivo para revertir algunos de los más graves trastornos del desarrollo, llegando a permitir que el niño vuelva a la escuela y tenga una vida normal y productiva. Hay una solución. El autismo tiene cura.

La naturaleza nos dio el hambre y nos puso la comida, nos dio  los pulmones y el aire, la sed y el agua. La naturaleza nos inculcó la agresividad  y nos enseñó el amor, se hizo misteriosa y nos otorgó la inteligencia, nos trajo las enfermedades y nos proporcionó los remedios. Solamente la egolatría del ser humano le ha hecho creer que tras los muros de un laboratorio médico está la solución a sus males, que se pueden evitar las enfermedades inoculando venenos y restaurar la salud de un órgano dañado a otro. Cuando dentro de unos años la humanidad recuerde cómo se curaba a nuestras generaciones, con química y procedimientos invasivos que llegan a nuestras entrañas, sentirán pena por nosotros.