El trabajo alquímico o la búsqueda de la perfección
El trabajo alquímico o la búsqueda de la perfección
- EAN: 9788493464912
- ISBN: 9788493464912
- Editorial: Asociación Prosveta Española
- Año de la edición: 2005
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 110 X 180 mm.
- Páginas: 187
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
En stock. Envío inmediato.
Descripción
"No luchéis contra vuestras debilidades y vuestros vicios, porque seréis aniquilados, sino aprended a utilizarlos poniéndolos a trabajar. Tanto si se trata de los celos, como de la ira, de la codicia, de la vanidad, etc., hay que saber cómo movilizarlos para que trabajen para vosotros en la dirección que hayáis escogido.
Observad las fuerzas de la naturaleza, como la electricidad, el viento, los torrentes, el rayo... Ahora que el hombre sabe cómo dominarlas y utilizarlas, se enriquece. Y, sin embargo, al principio, estas fuerzas le eran hostiles. Encontráis normal utilizar las energías naturales, ¿por qué os extraña, entonces, que os hable de utilizar las energías primitivas que hay en vosotros?... Cuando conozcáis las reglas de la alquimia espiritual sabréis transformar y utilizar todas las fuerzas negativas que poseéis en abundancia".
Indice de materias
1. La alquimia espiritual ( Leer capítulo )
2. El árbol humano
3. Carácter y temperamento
4. La herencia del reino animal
5. El miedo
6. Los clichés
7. El injerto
8. La utilización de las energías
9. El sacrificio, transmutación de la materia
10. Vanidad y gloria divina
11. Orgullo y humildad
Otros libros de Aïvanhov
Navidad y Pascua
Las fiestas de Navidad y de la Pascua, celebradas cada año en toda la cristiandad para conmemorar el nacimiento y la resurrección de Jesús, se inscriben en una larga tradición iniciática muy anterior a la era cristiana. Su emplazamiento en el ciclo del año (solsticio de invierno y equinoccio de primavera) que pone de relieve su significado cósmico, nos enseña que, el hombre, al formar parte del cosmos, participa íntimamente en los procesos de gestación y de manifestación que se desarrollan en la naturaleza. Navidad y Pascua, el segundo nacimiento y la resurrección, son, en realidad, dos formas diferentes de presentar la regeneración del hombre, su entrada en el mundo espiritual.
dto.
Las leyes de la moral cósmica
«Los agricultores fueron los primeros moralistas. Cuando no siembran, no esperan ninguna cosecha, y si plantan lechugas, saben que no recolectarán zanahorias. ¿Por qué entonces un hombre que siembra el odio y la discordia, puede esperar recolectar el amor y la paz? Para tener un palacio de mármol, no se utilizan ladrillos. Para tener un cuerpo sano, no se absorben alimentos putrefactos. ¿Cómo tener pues un psiquismo sólido, resistente, una inteligencia clara y un corazón generoso, si no cesamos de engendrar sentimientos y pensamientos desordenados, envenenados por la avidez o el rencor? Hay que hacer una selección en sus pensamientos y sus sentimientos como para la alimentación y la construcción de una casa… Las leyes que rigen nuestro psiquismo son las mismas que aquéllas que han sido descubiertas en los otros ámbitos de la naturaleza y de la técnica. Ni los hombres, ni las sociedades han inventado la moral; la moral está inscrita en toda la naturaleza, es la prolongación de las leyes naturales en nuestro psiquismo.»
dto.
Pensamientos cotidianos
En 1937, llegó a Francia el Maestro Omraam Mikhaél Aivanhov (19001986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la ciencia iniciática, él precisa: «Cada cual debe trabajar en su propio desarrollo, a condición de que no lo haga únicamente para sí mismo, sino por el bien de la colectividad.
Entonces, la colectividad se convierte en una fraternidad Una es una colectividad donde reina una cohesión verdadera, porque al trabajar para sí mismo, cada individuo trabaja también conscientemente por el bien de todos»
12 Junio -¡Cuántas tierras se han convertido en desiertos a causa de la falta de agua! Pero también, ¡cuántos desiertos en los que se ha podido llevar el agua, han sido transformados en tierras fértiles! El agua, es la vida que circula. Aquél que quiere convertirse en una tierra fértil debe siempre dejar fluir el agua de la vida en él, sin ocuparse de saber qué árboles crecerán, florecerán y darán frutos, ni qué pájaros irán a cantar en esos árboles.
Alguien dirá: «Pero yo quiero saber de antemano cuál será el lugar de este árbol o de este pájaro, y sobre qué rama irá a cantar.» Si espera conocer todos estos detalles antes de decidirse a dejar fluir el agua, los siglos pasarán y ninguna hierba crecerá, ningún pájaro cantará. Dejad pues fluir el agua, veréis entonces cómo cada cosa encontrará su sitio cómo todo cantará, todo florecerá. Dejad fluir el agua significa no cesar nunca de amar. Pase lo que pase, nunca cerréis vuestro corazón, porque será entonces cuando dejaréis que el desierto se instale en vosotros. Los demás quizá no necesitan de vuestro amor, pero vosotros, tenéis necesidad de amar.
dto.
Pensamientos cotidianos 2012
13 agosto: La espiritualidad no se limita a los ejercicios denominados espirituales: la meditación, la oración, etc. En realidad, cualquier actividad de la vida cotidiana puede ser espiritualizada si se sabe introducir en ella un elemento divino. Y a la inversa, la oración, la meditación o toda otra actividad llamada “espiritualidad” puede convertirse extremadamente prosaica si no está animada, sostenida por una idea sublime, un ideal superior.
LA espiritualidad no consiste en descuidar o menospreciar el mundo material, sino en esforzarnos siempre para obrar con la luz y para la luz. Sólo con esta condición, incluso la actividad más ordinaria puede servir para elevarnos, para armonizarnos, para unirnos con el mundo divino.
El Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, vino a Francia en 1937. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la Ciencia iniciática, precisa: “Cada uno debe trabajar para su propio desarrollo, con la condición de que no lo haga tan sólo para sí mismo, sino para el bien de la colectividad. En ese momento, la colectividad se convierte en una fraternidad. Una fraternidad es una colectividad donde reina una verdadera cohesión, porque trabajando en ella para sí mismo, cada individuo trabaja también conscientemente para el bien de todos.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov Nacido el 31 de enero de 1900 en Serbtzy (Macedonia), Mikhaël Aïvanhov encontró al Maestro Peter Deunov en 1917 en la ciudad búlgara de Varna. Después de los estudios universitarios en Sofía, enseñó primero como maestro y luego como profesor y a partir de 1934 fue director de instituto. Al mismo tiempo seguía asiduamente la enseñanza del Maestro Peter Deunov, quien era para él un campo infinito de exploraciones y experiencias. Se trasladó a Francia en 1937 donde dio lo esencial de su enseñanza. A través de más de 5000 conferencias, explora la naturaleza humana en su entorno, a escala individual, familiar, social, planetaria. Aquél a quien llamamos Maestro, en la acepción oriental del término referida al control personal y al talento pedagógico, nos dice: «lo que deseo con esta enseñanza, es daros nociones sobre la vida, sobre vosotros mismos, cómo estáis construidos, qué relaciones tenéis con todo el universo y qué intercambios debéis hacer después entre vosotros y el universo, que es la Vida. En 1959, el Hermano Mikhaël (tal como aún se le llamaba entonces) partió a India. Allí encuentra a Neem Karoli Baba, quien le dio el nombre de Omraam. “Este nombre, comenta Georg Feuerstein, está compuesto por Om y Ram, dos mantras muy conocidos en India que son dos palabras sánscritas cargadas de poder. * Om es el mantra más sagrado de los hindúes. Representa lo Absoluto o lo Divino. * La sílaba Ram , escrita en francés «Raam» para que sea bien pronunciada, es el mantra que representa el elemento fuego. El Maestro explicaba el sentido iniciático de su nombre de la siguiente forma: «El nombre que se me dio en India, Omraam, corresponde a los dos procesos «solve» y «coagula» de los alquimistas: Om disuelve las cosas, las hace sutiles, y Raam las materializa, las concretiza.
dto.