Si tomamos cualquier libro sobre Acupuntura veremos continuas referencias en relación al Nei Jing, obra fundamental por excelencia, y más concretamente a las dos obras de las que se compone, el Ling Shu y el Su Wen, pilares de los principios y las bases teórico-prácticas de esta milenaria técnica que aún hoy día permanecía desconocida como obra completa para los acupuntores de habla castellana.

De entre todas las formas que el ser humano ha utilizado como terapia, ya fuera de desbloqueo emocional como de simple sanación , los minerales, las gemas y los cristales han tenido, indudablemente, un papel protagonista. Y es que el hombre ha convivido y dependido de ellos desde los tiempos más remotos.

Después de todas las búsquedas, ahora que ya estamos en el siglo XXI, todos hemos cambiado. Los humanos y el Planeta también. La vibración se ha elevado para todos los seres vivos: personas, animales, plantas, etc., y la sensibilidad de la amada Gaia también nos ofrece un cambio en su pulso, en su corazón.

Aquellos chamanes de todos los tiempos, con sus danzas, sus símbolos y sus rituales emitidos con voz potente, abrieron las fórmulas de expresión al conectar verdaderamente su sentimiento con la Tierra que veneraban.

¿Y nosotros, ahora, en qué forma podemos relacionarnos con el Planeta, con el pulso creciente en su nuevo latido?

En la lectura de este libro, en las prácticas sencillas y en la extensión de nuestra capacidad energética y vibracional, vamos a encontrar las pistas para el camino sutil de las ondulaciones del sonido y las melodías cantadas desde nuestro instrumento musical: la voz.

En este recorrido insólito y de gran sensibilidad, el mundo sonoro nos va a descubrir que quizá seamos nosotros ahora los nuevos chamanes, llamados a cantar con nuestra garganta en este naciente «modo multinivel».

Expresar la vibración de la Conciencia a través de las octavas o escalas dimensionales, ya es posible.

Somos los nuevos Chamanes de la Tierra y de la Luz, capaces de vincular el Amor y la Conciencia a nuestra sonoridad humana, dispuestos a cantarlo con la luminiscencia vibrante de nuestro sonido vocal hacia mundos infinitos.

Vivir el sonido y sentir la voz desde esta nueva perspectiva no nos va a dejar indiferentes.