El Karmayoga consiste en ofrecer todos los movimientos de nuestro ser físico, especialmente todas las obras realizadas por nuestro cuerpo, al dueño omnipotente de nuestro ser. Su primera regla, tal como insiste la Gita, es la renunciación a todo deseo por el fruto de nuestra acción, y de toda preferencia incluso en la elección de la acción. La acción se ha de realizar al comienzo como un sacrificio al Señor del sacrificio universal, yajñeshwara, como una contribución individual a la suma total del esfuerzo evolutivo colectivo.

Adecuado tanto para principiantes como para practicantes avanzados, pero nuevo para la mayoría de los occidentales, el yoga nidra ofrece una manera incomparable de experimentar la culminación del arte del yoga, y acceder a las recompensas físicas, emocionales y espirituales más profundas que su práctica nos aporta. En este libro y en el audio vinculado a él (meditaciones guiadas disponibles online), Richard Miller comparte con nosotros los pasos básicos de esta disciplina, adónde conduce cada paso, y qué beneficios podemos obtener durante el proceso. Como mínimo, el yoga nidra te llevará a experimentar una relajación profunda, a liberarte del estrés crónico, a disfrutar de un sueño reparador, a resolver muchos de los rompecabezas de tu vida, y a experimentar una mayor sensación de armonía en tu existencia diaria y tus relaciones. Como aportación final, te permitirá descubrir tu verdadera naturaleza; la paz que está más allá de toda descripción y que te pertenece por derecho de nacimiento. Esta paz no es una promesa vacía o algo reservado a unos pocos elegidos. Esta paz está presente y disponible para ti en este momento.

¿Cuál es la única cosa que desean todos los seres sencientes? ¿No es la felicidad? En el análisis final, ¿no son todos nuestros deseos solo distintas formas del único deseo fundamental de ser felices? ¿No es el deseo fundamental de felicidad, la esencia de cada forma de deseo que podamos tener nunca?

Nuestro deseo de felicidad es la fuerza impulsora detrás de todas las formas incontables de esfuerzo que estamos haciendo siempre. No hacemos nada -bien sea con la mente, el habla o el cuerpo- que no esté impulsado por el deseo fundamental de ser felices. Todas y cada una de nuestras acciones está motivada por el deseo de ser perfectamente felices.

¿Para quién deseamos felicidad? ¿No desea cada uno de nosotros felicidad para sí mismo? Lo primero y más importante, cada uno de nosotros queremos ser felices. Aunque también podamos querer que otras gentes sean felices, queremos que sean felices debido a que ver su felicidad nos hace sentir felices. Todas las acciones de mente, habla y cuerpo están impelidas por el deseo de felicidad.

(Michael James)