No estamos solos. Millones de microorganismos nos acompañan cada día, nos ayudan a digerir alimentos, influyen en nuestro estado de ánimo y en cómo percibimos el mundo que nos rodea. Aunque la microbiota más famosa es la intestinal (antes conocida como flora intestinal), tenemos diferentes comunidades de microorganismos por todo el cuerpo: en la boca, en el estómago, en la piel, en la vagina... ¿Te atreves a descubrir cada uno de estos mundos?La microbiota intestinal está conectada con todo nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso e incluso con nuestro sistema inmunológico. Habla continuamente con nuestro cerebro, tanta es su conexión que al intestino se le llama el SEGUNDO CEREBRO. Entender qué es la microbiota y cómo interactúa con nuestro cuerpo es clave para una vida plena y una salud de hierro.Actualmente, nos encontramos ante una pandemia de malestares gastrointestinales: SIBO, hinchazón abdominal, intolerancias a alimentos, estreñimiento, infecciones... Si no nos llevamos bien con estos microorganismos podemos sufrir un desequilibrio en la microbiota que está relacionado con múltiples patologías como Alzheimer, autismo, Parkinson, depresión, ansiedad, etc. La buena noticia es que podemos hacer de la microbiota nuestra aliada. En este libro se explica de forma sencilla y PASO A PASO, cómo interactúa el universo microbiano con nuestra salud y diferentes consejos prácticos sobre cómo podemos hacer para tener a nuestras bacterias felices y mejorar nuestra calidad de vida.¿Estás dispuesto/a a tomar las riendas de tu salud?

En este libro, Stephen Harrod ofrece pruebas concluyentes de que los remedios vegetales con considerablemente eficaces contra las bacterias resistentes a los fármacos. El alóe, el ajo, y el extracto de semilla de pomelo, son nuestra mejor defensa contra las bacterias Staphilococcus aureus, E. Cali, y la Salmonella, entre otras.

Es casi ya una enfermedad endémica, un destino inexorable para la mayoría de las personas mayores de 60 años. Asumiendo que se trata de un “problema de la edad”, los enfermos ven como, poco a poco, su habilidad para las labores cotidianas queda manifiestamente mermada, acompañada de dolores que en ocasiones apenas si se mitigan con el reposo. 

Medicados con analgésicos y antiinflamatorios, con frecuencia los afectados tienen que acudir a una operación quirúrgica que les implante una prótesis que les permita llevar una vida razonablemente eficaz.

Pero, como en todas las enfermedades crónicas, las medicinas alternativas tienen mucho que aportar y decir, con remedios naturales que podrán ir mitigando –en ocasiones solucionando- poco a poco, la mayoría de los problemas y causas que generaron esta enfermedad. No hay un remedio mágico, pero sí muchos pequeños remedios válidos.