hari nama kirtanam

hari nama kirtanam
- EAN: 9788497165006
- ISBN: 9788497165006
- Editorial: José J. de Olañeta, Editor
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 110 X 140 mm.
- Páginas: 112
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Disponible 48/72 horas
Descripción
El sabio y poeta de Kerala (Sur de la India) Sri Ramanuja Tunchath Erutacchan, nacido hace alrededor de quinientos años, es venerado como el padre de la literatura en lengua malayalam, que él revitalizó y enriqueció. A pesar de su prestigio e influencia, apenas se sabe nada sobre su vida. Sus obras principales son sus versiones del Ramayana, el Mahabharata y el Bhagavatam. En sus obras refleja el jñana o Conocimiento en cada línea, y también la bhakti, la profunda devoción a la Divinidad. Este Canto en alabanza del Nombre de Hari, escrito para su hija, expresa de forma inspirada la sabiduría esencial de las Upanishads y al mismo tiempo las efusiones del corazón del devoto, el bhakta, lleno de amor por el Señor.
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La eficacia del yoga como herramienta para la salud física y emocional es hoy incontestable hasta para aquellos sectores de la medicina que en otro tiempo la cuestionaban o la veían con escepticismo."Aprendo yoga jugando"va explícitamente dirigido a la enseñanza del yoga en las aulas -y en los hogares- para niños de una eda d de entre 5 y 7 años. Escrito de un modo sencillo y lúdico, y no obstante didáctico, su autor, Yasmine Bendriss cuenta con una dilatada experiencia en la enseñanza del yoga, de la que ha dejado constancia en numerosas y celebradas publicaciones. Se enseña a los niños cómo ejecutar las diferentes posturas, cómo respirar, cómo relajarse, etc. Un libro que sorprenderá por igual a padres y docentes, y que redundará en un mayor bienestar integral de nuestros hijos.
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La paternidad espiritual y el complejo de marioneta
Ananda Kentis Coomaraswamy nació en 1877 en Colombo, Ceilán, hijo de Sir Mutu Coomaraswamy, jurista de origen indio y de la señora Elisabeth Clay de origen inglés. Tras estudiar en el célebre colegio Eton cursó estudios en la universidad de Londres obteniendo el doctorado en 1904. Llamado por el Museum ofFineArts de Boston (U.S.A.) se le confiará la dirección del Departamento de artes del Islam y de Oriente Medio, desarrollando desde entonces una intensa labor de investigación y publicación. Coomaraswamy es sin duda uno de los más importantes exponentes del pensamiento oriental tradicional, especialmente a partir de su estrecha correspondencia epistolar con René Guénon a partir de la década de los años 30.
La bibliografia de A K. Coomaraswamy es vastísima; más de un millar de títulos entre libros y artículos entre los que cabe citar: "Arte y Simbolismo Tradicional", "Artículos Selectos de Metafisica", "El Tiempo y la Eternidad", "El Vedanta y la Tradición Occidental", "Hinduismo y Budismo", "Sir Gawain y el Caballero Verde", "La verdadera filosofia del arte cristiano y oriental", "Los Vedas, Ensayos de Traducción y Exégesis", etc. Su extraordinaria erudición en los campos del arte y de las doctrinas tradicionales hacen de él una de las máximas autoridades.
Murió en Needham, Massachusetts, el 11 de septiembre de 1947.
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Gurú Vachaka Kovai
«Guru Vachaka Kovai» (La Colección de las Enseñanzas del Gurú) de Sri Muruganar, consta de 1254 versos divididos en tres partes, a saber, 1) Un Análisis de la Verdad, 2) La Práctica de la Verdad y 3) La Experiencia de la Verdad, conteniendo cada una diversos subcapítulos.
Antes de morir en 1973, Sri Muruganar dejó sus obras sin publicar en las capaces manos de Sri Sadhu Om, quien había hecho también una inmensa contribución en la difusión de las enseñanzas de Sri Bhagavan mediante su libro «La Vía de Sri Ramana». El Sr. Michael James, otro ardiente devoto de Sri Bhagavan, se acercó a Sri Sadhu Om en 1975 con la petición de que explicara el significado (ya que los versos estaban en tamil) de «Guru Vachaka Kovai». Sri Sadhu Om aceptó felizmente y le permitió registrar el significado y comentario en estos versos. Cada vez que se sentaban juntos, se completaba el comentario de uno o dos versos.
Los comentarios estuvieron en forma manuscrita durante muchos años y ahora se presentan en forma de libro. Los lectores encontrarán en este libro un valioso tesoro de conocimiento que les asistirá en la aclaración de sus dudas en la vía de la Auto-realización según es expuesta por Sri Bhagavan.
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Días de prisión
Esta edición ha sido posible gracias a la financiación de Prashant y, como siempre, gracias a las inestimables traducciones de José María Martín.
Días de Prisión es uno de los libros más importantes escritos por Sri Aurobindo. Bajo forma de relato, él mismo narra como transcurrió la vida en la prisión de Alipore durante el año que permaneció allí encerrado hasta el día del juicio en que fue absuelto y su inmediata decisión de partir a Pondicherry siguiendo un adesh divino (una orden divina). Sri Aurobindo iba entonces a involucrarse en otra revolución –una revolución espiritual– cuyo desafío no era ya solamente el destino de la India, sino el futuro de la tierra.
Cuando me aproximé a Él por primera vez, yo no estaba enteramente inmerso en el espíritu del bhakta, ni tampoco en el del jnani. Me acerqué a Él hace mucho tiempo, en Baroda, algunos años antes de que comenzase el Svadeshi, antes de que me hubiese introducido en la vida pública. En esta época, apenas tenía una fe viva en Él. Había en mí un agnóstico, unateo y un escéptico, y no estaba absolutamente seguro de que existiera un Dios en todo lo que existe. Yo no sentía Su presencia. Sin embargo algo me atraía hacia las verdades de los Vedas, de la Gita, de la religión hindú. Sentía que debía existir una verdad poderosa en alguna parte de este Yoga, y una verdad poderosa en esta religión basada en el vedanta. Así pues, cuandoabordé el Yoga y resolví practicarlo con el fin de comprobar si mi idea estaba en lo cierto, lo hice en este estado de ánimo y Le dirigí esta plegaria. «Si Tú existes, entonces conoces mi corazón. Tú sabes que yo no pido la mukti (liberación), no pido nada de lo que Te puedan pedir otros; pido solamente fuerza para elevar esta nación; pido solamente que se me conceda la gracia de vivir y de trabajar para este pueblo que amo, y ruego que se me permita consagrarle mi vida». Durante largo tiempo me esforcé por lograr larealización del Yoga y al menos en alguna medida la conseguí, pero no me quedé satisfecho en cuanto al plano en el que yo estaba más empeñado. Entonces, durante mi reclusión en la cárcel, en la soledad de mi celda imploré de nuevo al Señor. Dije: «Dame a conocer Tu adesh (mandato divino). No sé qué trabajo debo hacer ni cómo llevarlo a cabo. Hazme conocer Tu voluntad»2. Entonces, en la comunión del Yoga percibí dos mensajes.
El primero decía: «Te he dado una obra que cumplir, y es ayudar a que esta nación se eleve. Pronto llegará el momento en el que serás liberado, porque, esta vez, no es Mi voluntad que tú seas condenado, o que tengas quepasar el tiempo sufriendo por tu país, como tantos otros. Tú reclamabas un adesh; helo aquí: Ve a realizar mi obra; esto es lo que he oído para ti».
El segundo mensaje que recibí fue este: «Algo te ha sido mostrado en este año de reclusión, algo acerca de lo cual tenías tus dudas, y este algo es la verdad de la religión hindú. Es esta religión la que Yo he reavivado y que ahora ofrezco al mundo, y es ésta la que Yo he desarrollado y perfeccionado a través de los rishis, santos y avatares, y que ahora comienza a propagarse entre las naciones a fin de llevar a cabo mi obra. Estoy haciendo resurgir esta nación para que difunda mi palabra. Ésta es el sanatan dharma, laeterna religión de la que tú no tenías antes un conocimiento real, y que te he revelado ahora. El agnóstico y el escéptico en ti han recibido su respuesta, porque te he dado pruebas, dentro y fuera de ti, físicas y subjetivas, que te han convencido. Cuando te lances a la acción, habla a tu nación, recuérdalesiempre esta palabra: que si ella se yergue actualmente, es para el sanatan dharma, para el mundo y no para ella misma. Esta libertad que le doy es para el servicio del mundo
"Yo sabía, a lo largo de todo el proceso, lo que Dios significaba para mí, porque le oía una y otra vez, siempre atento a esta voz interior: «Te estoy guiando; así pues, no temas», me decía. «Conságrate al trabajo para el que te he traído a esta prisión y cuando salgas, ten presente esto: no tengas miedo jamás, ni dudes jamás. Acuérdate de que soy Yo quien está haciendo esto, no tú, ni ningún otro. Por lo tanto, cualesquiera que sean las nubes que puedan llegar, cualesquiera que sean los peligros y sufrimientos, cualesquiera dificultades, cualesquiera imposibilidades, no hay, de hecho, nada imposible ni difícil. Yo estoy presente en la nación y en su renacer, y Yo soy Vasudeva, Yo soy Narayana, y es Mi voluntad la que se ejecutará, no la de otros. Lo que Yo deseo hacer, ningún poder humano puede evitarlo».
Durante su encierro aprendió a conocer a fondo el alma de los indios y de la madre India y su particular misión en el mundo. A lo largo de su estancia en prisión, el contacto con los guardianes, indios o ingleses, prisioneros de todas clasessociales, intelectuales o delincuentes, jueces y abogados que iban cambiando durante todo el proceso, le iban enseñando como Dios estaba en todo. En prisión descubrió que el alma milenaria de los indios les permitía disfrutar del precioso legado de su libertad interior, donde el miedo no existía, incluso en medio de las dificultades más extremas, descubrió las risas y la atmósfera pacífica y risueña de personas que, condenadas a muerte, eran capaces de jugar, cantar y disfrutar de lecturas espirituales como el Gita, los Upanishads o los Puranas. Nos habla también largamente de las cualidades que debe tener el alma aria.
“Esta alegría espontánea, esta forma de sabiduría, son la marca del sattwa, y sólo ellos tienen la capacidad de iniciar el yoga, ya que no se dejan dominar por el sufrimiento y permanecen alegres y llenos de buen humor en todas las situaciones." "Pero el hindú, como tal, condenado a la soledad y sumergido en las circunstancias más penosas, se dirige irresistiblemente hacia Dios, arrastrado por la eterna atracción que le lleva hacia Él. Así fue para nosotros. ¿De dónde procedía esa ola que nos envolvía a todos? Nadie sabría decirlo. Algunos, que jamás habían invocado a Dios, se involucraron en una disciplina espiritual y, asentándose sobre ellos la gracia del Todo-Compasivo, se mantuvieron sumergidos en la beatitud. En tres o cuatro meses estos jóvenes realizaron lo que un yogui no logra tras largos años depráctica." "Las olas sáttwicas barrían el banco de los acusados y, salvo cuatro o cinco, todos nos sentíamos inundados de una gran alegría, una alegría tal que cualquiera que la haya saboreado no puede ya ni olvidarla ni compararla con ninguna. En verdad, la esperanza del país, la esperanza de su futuro, reposa sobre la plenitud de sus cualidades sáttwicas. La soltura con la que el espíritu de fraternidad y el amor de Dios se apoderan del corazón del hindú y se expresan en sus actos, y la habilidad con la cual alcanza él mismo el conocimiento de sí, no se encuentran en tal grado en ningún otro pueblo."
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