La magia en el antiguo egipto
La magia en el antiguo egipto
- EAN: 9788410199484
- ISBN: 9788410199484
- Editorial: Erasmus Ediciones
- Año de la edición: 2025
- Medidas: 150 X 230 mm.
- Páginas: 294
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Disponible 48/72 horas
Descripción
Los egipcios eran famosos en el mundo antiguo por sus conocimientos de magia. La religión, la medicina, la tecnología y lo que hoy llamaríamos magia coexistían sin conflicto aparente, y no era raro que los remedios mágicos y «prácticos» para las enfermedades, por ejemplo, se utilizaran al mismo tiempo. Todo el mundo recurría a la magia, desde el faraón que protegía su país con elaborados rituales mágicos hasta la futura madre que usaba amuletos para salvaguardar a su hijo nonato.
La magia en el Antiguo Egipto examina las fascinantes conexiones entre mito y magia, y las deidades como Bes e Isis que tenían especial importancia mágica. Analiza las técnicas de la magia, sus practicantes y los textos mágicos que se conservan, así como los objetos que se utilizaban en la magia: figurillas, estatuas, amuletos y varitas. Se dedica un capítulo a la medicina y la magia, y otro a la magia y los muertos. Por último, se muestra cómo elementos e influencias de la magia egipcia pervivieron o fueron asumidos por sociedades posteriores, hasta el siglo XXI.
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La vida del guerrero piel roja era como un
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en los caballeros medievales, una vía espiritual.
Caballo Loco, Toro Sentado, Gerónimo..., nombres de guerreros famosos que por sí solos evocan las épicas luchas de la «Conquista del Oeste». La imagen habitual de simple salvajismo del guerrero indio se ve desmentida por el testimonio de cuantos lo conocieron real-mente, y por sus propias palabras. El guerrero era, junto con el hombre santo, el producto supremo de la civilización india: su prototipo encierra un cúmulo de virtudes que hacen de él una figura admirable. Y es que para ser un buen guerrero tal como lo entendían los indios, no bastaba tener un valor extraordinario; había que ser, también, generoso, desprendido, austero, noble: en definitiva, un auténtico caballero. Y así es cómo sus propios enemigos describieron muchas veces a los luchadores indios: verdaderos caballeros para los que la guerra era al mismo tiempo un juego que servía para fomentar las cualidades viriles y una institución sagrada, un modo de vida y un «camino de perfección».
Tal vez la imagen más conocida del indio norteamericano es la del guerrero montado a caballo con su penacho de plumas, su arco y sus flechas, que tanto han popularizado el cine y la literatura. Nombres legendarios como Toro Sentado, Caballo Loco, Gerónimo, y tantos otros, han pasado a formar parte del imaginario colectivo del hombre del siglo XX. En esas presentaciones populares del guerrero indio, suele dar-se de éste la idea de un salvaje sanguinario que nada respeta. Esta idea es completamente falsa. Las guerras de los indios contra el invasor blanco fueron duras por-que eran una lucha desesperada por salvar su tierra y su modo de vida, que para ellos eran sagrados. Pero la guerra, para el indio, es igualmente una institución sa-grada, y en cierto modo también como una especie de juego, cuyo fin es el desarrollo de las cualidades viriles en los hombres y el mantenimiento de un nivel altísimo de autoexigencia personal que daba como resulta-do las magníficas personalidades de los grandes guerreros. La guerra no perseguía la conquista territorial
dto.
