Las semillas de la felicidad
Las semillas de la felicidad
- EAN: 9788493170875
- ISBN: 9788493170875
- Editorial: Asociación Prosveta Española
- Año de la edición: 2001
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 110 X 180 mm.
- Páginas: 215
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
En stock. Envío inmediato.
Descripción
"La felicidad es como una pelota tras la que se corre, pero que en el momento de atraparla se le da un puntapié... ¡para después seguir corriendo tras ella! En esta carrera, uno se siente estimulado; y es en esta búsqueda, en este impulso por alcanzar el objetivo, donde se encuentra la felicidad.
No hay duda de que cuando alcanzamos lo que deseamos somos momentaneamente felices, pero inmediatamente después sentimos un vacío, buscamos aún más y nunca se está satisfecho. Por esto, ¿qué hay que hacer? Hay que lanzarse a la búsqueda de todo aquello que está aún más allá y es más irrealizable: la perfección, la inmensidad, la eternidad. Y por este camino encontraréis todo lo demás; el conocimiento, la riqueza, el poder, el amor... Sí, los tendréis sin ni siquiera pedirlos. "
Otros libros de Aïvanhov
Conócete a tí mismo. Jnani yoga - OC vol 17
dto.
Los dos árboles del paraíso
«Desde hace miles de años los humanos han intentado comprender el origen del mundo, así como la aparición del mal (y su consecuencia, el sufrimiento) en este mundo. A menudo lo han presentado en forma de mitos, por lo que en los libros sagrados de todas las religiones se encuentran relatos simbólicos que hay que saber interpretar. La tradición cristiana utiliza el relato de Moisés, en el Génesis, en el que se dice que en el sexto día de la Creación, Dios hizo al hombre y a la mujer y los puso en el jardín del Edén, entre todas las especies de animales y plantas. Moisés sólo nombra dos árboles de este jardín: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, del que Dios prohibió comer sus frutos a Adán y Eva...
«El Árbol de la Vida representa la unidad de la vida, en la que la polarización aún no se manifiesta, es decir donde no hay ni bien ni mal, una región por encima del bien y del mal. Mientras que el otro Árbol representa el mundo de la polarización, en el que es obligado conocer la alternancia de los días y de las noches, de la alegría y de la pena, etc... Estos dos árboles son pues regiones del universo, o bien estados de conciencia, y no simples vegetales. Y que Dios dijera a Adán y Eva que no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal significa que aún no debían penetrar en la región de la polarización... »
dto.