Lenguajes de la religión: mitos, símbolos e imágenes de la Grecia antigua

Lenguajes de la religión: mitos, símbolos e imágenes de la Grecia antigua
- EAN: 9788481642308
- ISBN: 9788481642308
- Editorial: Editorial Trotta, S.A.
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 230 mm.
- Páginas: 192
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
Disponible 48/72 hoas
Otros libros de Cristianismo
Telología mística
Fray Gabriel López, ingresó en la Orden de los Mínimos poco antes del año 1600, de la que fue Vicario Provincial de Castilla, visitador de la provincia de Andalucía y profesor de teología en varias Universidades. Como es sabido, la Orden de los Mínimos, fundada por San Francisco de Paula a mediados del siglo XV, adoptó tal nombre por considerarse los últimos de todos los feligreses y basar su regla en la práctica de la humildad. Además de los votos de pobreza, castidad y obediencia, añadieron el llamado ?cuarto voto? que consiste en la abstinencia de carne y demás productos de origen animal. Las religiosas se integran en la Segunda Orden Mínima, y los seglares forman la Tercera Orden Mínima. Fray Gabriel, que se consideraba discípulo de Juan Falconi, publicó Teología Mística en 1641. Con esta obra se sumaba a la larga y prestigiosa nómina de autores que, partiendo de la obra escrita en el siglo VI por san pseudo Dionisio Areopagita, explican la vía que conduce de la meditación a la contemplación. La meditación basada en imaginaciones y pensamientos, se torna estéril cuando ?el alma gusta mucho de la paz interior y de la quietud y descanso de las potencias sin particular consideración de imágenes?. Es entonces cuando se abre el camino a la contemplación: Para esto, el alma debe estar en actitud pasiva para que Dios le dé su gracia, pues la semejanza divina, no la puede realizar el hombre por sí mismo, sino sólo recibirla del Espíritu Santo. En el primer grado o etapa, el hombre se conforma a la voluntad divina, anonadándose y reduciéndose a la nada, con indiferencia frente a todas las cosas (vida, muerte, oficio, estado, lugar...) y así, el alma va negándose en todo para seguir la voluntad divina. El segundo grado es la desapropiación de las cosas santas, renunciando a todo interés personal en ellas, y a los consuelos y gustos espirituales, quedando el alma retirada a su más profundo fondo. Finalmente en el tercer y último estado de oración contemplativa Dios suspende tanto lo activo como lo pasivo del alma, y ésta se deja despojar sin resistencia, renunciando a su voluntad y sujetándose en todo y por todo a la de Dios. Entonces se alcanza una unión perfecta con Dios, y una transformación con Él, la cual se llama deificación no mística, por vía de arrebatamiento.
dto.
La caballería - Un ideal cristiano
En estos tiempos de confusin y perversin mental, moral, intelectual, cultural y espiritual en los que estamos inmersos, este camino es ms que nunca el testimonio vivo de los valores de los que son portadores los hombres (hombres y mujeres, se entiende) que han dado respuesta a esta misin para la que fueron llamados. Su accin es, pues, no tan solo un acto justo y, por lo tanto, eficaz, con independencia del resultado que vea su traduccin en este mundo, sino tambin, y por encima todo, una accin de gracias.La caballera, en esta perspectiva, constituye un verdadero camino inicitico en el sentido de que revela el ser a s mismo y lo construye segn el plan divino previsto para l desde todos los tiempos, en la medida que sepa y quiera, libremente, responder a esta vocacin y mantenerla, en todos los sentidos de la palabra. Una aclaracin importante: este trmino, «inicitico», debe ser entendido, depurado de las connotaciones que lo desvirtan, especialmente desde el siglo XIX, para entenderlo en su autntico significado a partir de su raz latina -initium- que es doble: por una parte, comienzo, inicio y, por otra, principio, fundamentos originales, por lo tanto, lo que est dentro, en el corazn. En cuanto al verbo initiare, significa instruir (as pues, transmitir) y comenzar. As, este trmino califica la iniciativa de aquel ser que responde a la llamada que el Seor le lanza, tal como la lanz a orillas del lago Tiberades a Pedro y a su hermano Andrs: «venid y seguidme», y que desea permanecer en su presencia.En consecuencia, en cuanto a su doble dimensin espiritual y temporal, en particular hospitalaria, podemos afirmar que el camino caballeresco es un verdadero camino hacia la santidad si nos comprometemos en l con verdadero deseo, valenta, inteligencia de fe y fuerza de caridad. 10
dto.