El camino es la meta: el curso de meditación del gran maestro tibetano

¿Estás demasiado ocupado para meditar? ¿No te sientes capaz de apagar tu cerebro? ¿Tienes curiosidad por el mindfulness pero te sientes mejor en el gimnasio? Entonces éste es tu libro.

Dan Harris pensaba que la meditación era para gente que coleccionaba cristales y usaba la palabra 'namaste' sin despeinarse. Pero después de tener un ataque de pánico delante de miles de personas en el canal de televisión ABC, realizó un viaje personal que finalmente le acabó convirtiendo en un firme defensor de la meditación.

En este libro, Harris y Jeff Warren, maestro y 'MacGyver de la meditación' se embarcan en un viaje para explicar los mitos, malentendidos y malas experiencias que alejan a la gente de la meditación. Está repleto de ayuda para meditar, todo en un tono ameno y desde luego muy lejano a los típicos gurús con los que poca gente se identifica.

Recientes descubrimientos científicos muestran que en el estado meditativo se origina un profundo descanso, en el que reposamos más que cuando dormimos. Meditar estimula las neuronas creando nuevos caminos y conexiones, que provocan en nuestro cerebro sentimientos de bienestar, tranquilidad, ánimo y alegría. Para que estos sentimientos perduren y sean cada vez más intensos es necesario incluir la meditación en la rutina diaria, como un elemento imprescindible de nuestra higiene personal. Este libro ofrece una visión clara de lo que significa meditar y sus beneficios. Se trata de una obra sencilla, dividida en tres partes. La primera hace referencia al significado de la meditación, en la que se recogen numerosos testimonios de maestros experimentados y se explica cuales son las diversas etapas por las que transitamos al meditar. En la segunda parte, se muestra qué sucede cuando la meditación forma parte de nuestra vida. Y en la tercera y última, se explican diversos ejercicios meditativos para poder incluirlos en nuestro día a día.

Si usted tiene estima por su mente, por su cuerpo, por sus ideas, por su concepción de la vida, no le servirá este libro. Si busca una lectura amena, desenfadada, casi trivial con la que matar el tiempo, éste no es su libro. Si hay algo que puede matar este libro no es precisamente el tiempo, sino la muerte misma, es decir, en concepto "muerte" y, con él, el concepto "nacimiento".
Los tres capítulos que integran el libro tienen, cada uno, un sobrenombre que define el objetivo para el que fueron redactados; El encuentro (cap.I), es decir, el contacto o tanteo entre el lector y el libro ( o mejor dicho, con las primeras proposiciones del libro); El Asperón (cap.II), denominación de una antigua marca de jabón mezclado con arena para facilitar la erosión de la suciedad; El Destazador (cap.III), porque tritura hasta deshacer los conglomerados físicos, psíquicos y mentales que producen la sensación de individualidad, la erronea identificación del "yo" con el cuerpo-mente, es decir, la ilusión de la separatividad... Cariñosamente su autor pretende representar con ello la paulatina disolución (Asperón) de conceptos a que debe someterse el lector hasta por fin despojarse simbólicamente de su propia piel exterior y darse la vuelta completamente como un simple calcetín.
Este "destazarse", que equivale a la "muerte" del ego, es el paso previo para atravesar, sin moverse de uno mismo, el umbral que precede a la contemplación del verdadero Ser.
El lector encontará en este libro una serie de proposiciones o meditaciones para replantearse "conceptos". En buena medida, lo que no somos es lo que nuestra mente nos presenta como los conceptos "este hombre que yo soy" o "esta mujer que yo soy", "mi cuerpo", "mi mente", "mi alma", "mi espíritu", "este mundo", "este universo".
Pero entonces ¿quién soy yo?, ¿qué somos?, ¿qué es la realidad?