Meditar con el astavakra samhita
      Meditar con el astavakra samhita
                  
                  - EAN: 9788488769428
 - ISBN: 9788488769428
 - Editorial: Mandala Ediciones, S.A.
 - Encuadernación: Rústica
 - Medidas: 140 X 210 mm.
 - Páginas: 124
 
                        
                            
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Otros libros de Yoga
Mi guía de yoga : teoría y práctica, paso a paso
En Mi guía de yoga, Gloria Rosales y Gordana Vranjes, ambas profesoras con una larga experiencia, te explican cómo usar tu cuerpo para llegar a tu mente. En el libro se describen 40 posturas de las que se destacan los detalles más importantes a partir de ilustraciones cuidadosamente realizadas, y también encontrarás en él 5 secuencias de yoga de 5, 15, 30, 60 y 90 minutos para hacer en casa.
Gloria Rosales y Gordana Vranjes son las fundadoras de la escuela Yoga Mandiram. Han estudiado los principales estilos de yoga y han trabajado con cientos de alumnos. Las cuidadosas ilustraciones de Mi guía de yoga, obra de Pep Montserrat, obtuvieron el Premio Junceda en libros de no ficción 2009.
dto.
El pensamiento y su poder
El pensamiento y su poder
“El pensamiento tiene un poder tremendo. Puede curar enfermedades, puede transformar la mentalidad de las personas, puede hacer cualquier cosa.
Cuanto más fuertes son los pensamientos, más pronto fructifican.
Un pensamiento es algo tan sólido como una piedra. Todo pensamiento emitido es una vibración que no perece jamás, continúa vibrando en cada partícula del universo.
Nosotros podemos dejar de existir, pero nuestros pensamientos perduran.
Del mismo modo que se practican ejercicios físicos y deportes para mantener un buen estado de salud física, debe mantenerse también la salud mental.”
SWAMI SIVANANDA
dto.
La mente de las células-( Ed. Bolsillo)
Seis mil millones y medio de Homo sapiens están aprendiendo la nulidad de sus medios de existencia, como un día ciertos peces aprendieron la nulidad de sus branquias sobre una Tierra reseca. Y si estos peces siguen mejorando su Ciencia acuática, inventan nuevas aletas natatorias y nuevas filosofías, se están engañando. Se trata de saber si vamos a encontrar el MEDIO, no de mejorar la asfixia humana sino de vivir de otro modo sobre la Tierra.
¿Existe, en este cuerpo humano, un resorte, una palanca, que permita cambiar nuestras condiciones terrestres, como hace tres millones de años una primera vibración mental preparó un Einstein y al Boeing 747? ¿Qué vibración? ¿Dónde en el cuerpo?
¿Podría ser que la Materia prima de la vida, la célula, esconda un poder de consciencia o un “modo vibratorio” que vuelva caducos todos nuestro medios cerebrales y nuestros artificios sin salida? Una Mente de las células que nos abrirá nuevas fuentes de energía, nuevos medios de comunicación, un nuevo poder de manipular la materia. Una biología nueva y una consciencia nueva que permitirán afrontar el desafío de una especie en vías de autodestrucción.
Tal es el increíble descubrimiento de Sri Aurobindo y de Madre en las células del cuerpo, en la hora en que la Tierra está asfixiándose. Pues “la salvación es física”, decía aquélla que, a sus 80 años, osaba golpear en la última puerta del cuerpo y hacía el más formidable descubrimiento después de Darwin.
dto.
Ensayos sobre la Gita . Tomo II
Sri Aurobindo despliega, punto por punto, el contenido integral del mensaje ofrecido en la Gita que es una primera síntesis y unificación de los Yogas principales: el Karmayoga, el Gnanayoga y el Bhaktiyoga. La acción en el mundo es el punto de partida para adquirir el conocimiento de uno mismo, del Ser esencial profundo. Más allá de esta realización sólo quedará ascender a nuestra naturaleza superior unida al Divino en un éxtasis de amor permanente.
El mundo es rico en escrituras, sagradas y profanas, en revelaciones y semi-revelaciones, en religiones y filosofías, en sectas, escuelas, sistemas, a los que se apegan con intolerancia y pasión los numerosos espíritus cuyo conocimiento es incompleto o nulo. Éstos pretenden que tal o cual libro es el único Verbo eterno de Dios, que todos los demás no son más que imposturas o, todo lo más, inspirados deficientemente; desean que tal o cual filosofía sea la última palabra de la intelecto razonante, que todos las demás sistemas sean erróneos, o solamente válidos en ciertas verdades parciales que incorporan el único culto filosófico verdadero. Igualmente, los descubrimientos de las ciencias físicas han sido erigidos en artículos de fe y, en nombre de estas ciencias, la religión y la espiritualidad han quedado desterradas, como obras de la ignorancia y de la superstición, y la filosofía, como antigualla e ilusión. A estas exclusiones sectarias y a estas vanas querellas, los sabios mismos se han prestado con frecuencia, confundidos, como fueron, por un espíritu oscurantista que, mezclándose con su luz, lo ha ocultado con alguna nube de egoísmo intelectual o de orgullo espiritual. Sin embargo, parece que la humanidad esté dispuesta ahora a crecer en modestia y sabiduría un poco más. Nosotros no nos ponemos ya a matar a nuestros semejantes en nombre de la verdad revelada, o porque su espíritu está educado de otro modo o constituido de otra manera que el nuestro; estamos poco dispuestos a maldecir o injuriar a nuestro vecino porque sea lo bastante perverso o insolente como para abrigar opiniones distintas a las nuestras; incluso estamos dispuestos a admitir que la Verdad está en todas partes y que no puede ser monopolio exclusivamente nuestro; comenzamos a considerar en otras religiones y otras filosofías la verdad y la ayuda que contienen, y no ya meramente para condenarlas como falsas o para criticar lo que nosotros pensamos que son sus errores. Pero siempre estamos listos para proclamar que nuestra verdad nos da el conocimiento supremo que otras religiones o filosofías no han sabido captar o no lo han comprendido más que imperfectamente, de tal manera que sólo tratan de aspectos subsidiarios e inferiores de la verdad de las cosas, o que simplemente pueden, todo lo más, preparar a las mentes menos desarrolladas, considerando las alturas a las que nosotros hemos llegado. E incluso estamos dispuestos a aceptar, tanto sobre los demás como sobre nosotros mismos, todo el contenido sagrado del libro o del evangelio que admiramos, insistiendo para que todo sea aceptado como verdad eternamente válida, y para que en cada jota, en cada tilde, en cada diéresis, sea reconocida su parte de inspiración plena.
dto.
          