Platicas Sobre El Sendero Del Ocultismo III
Platicas Sobre El Sendero Del Ocultismo III
- EAN: 9788486709358
- ISBN: 9788486709358
- Editorial: Editorial Teosófica, SCooC, Ltda.
- Año de la edición: 2000
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 210 mm.
- Páginas: 1275
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Descripción
..."Esperamos que este libro resulte útil para los aspirantes y para algunos que hayan trascendido ya ese grado, puesto que los autores de estas pláticas eran de más edad que los oyentes, y tenían una mayor experiencia en la vida del discipulado"...Anni Besant.
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El aura humana y los anales akáshicos
Cada ser humano está rodeado de una especie de nube luminosa, formada de diferentes estados de materia, que conocemos con el nombre de "Aura".
El Aura está compuesta de hermosos y variados colores y formas que una vez examinados, nos puede desvelar los pensamientos y hasta la vida pasada de su poseedor.
Un Aura con gran delicadeza y brillantez en sus colores va en consonancia con un carácter elevado y con el perfecto ideal humano; la oscuridad y lobreguez semejante al color de las nubes parduzcas acompaña a la degradación moral; el rojo vivo a la crueldad y a las pasiones generalmente salvajes; y el color verde limo, ni claro ni brillante, al engaño, a la traición y al egoísmo.
Una vez estudiado detenidamente este libro, podremos definir las siete capas de Aura que rodean el cuerpo humano, y conocer con exactitud que significan cada uno de los muchos colores que la componen.
dto.
Conferencias teológicas en América del Sur
«Don Mario Roso de Luna es un hombre vestido de azul, con una corbata nívea y en la solapa un botón radiado, de colores diversos. Roso de Luna tiene bigote negro, barba en punta y frente despejada.
La primera conferencia de este hombre, sobre esa cosa hermética y ardua que llama-mos teosofía, ha sido muy interesante. Habló Roso de Luna con acentos de convencido; pero no pretendió –por un solo instante– deslumbrar al auditorio conpárrafos de estruendo o con imágenes de gran vuelo lírico. Todo lo contrario. El afán mayor del conferenciante parecía el de acomodar sus ideas a la comprensibilidad de todo el auditorio. Y con sólo esto, yo estoy seguro de que los neó?tos salieron encan-tados de la conferencia, y los maestros, complacidos.
Desgraciadamente, es posible que Roso de Luna sea tan sólo lo que el vulgo llama, con cierta melancolía, un soñador.
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¿Y si Roso de Luna fuese algo más que un soñador en toda la acepción de la palabra? No olvidemos que este sabio, viajando por los espacios interplanetarios, conquista, para la ciencia positi-va, una estrella de verdad, que tiene luz y donde tal vez haya hombres, y un ansia constante de perfeccionamiento y reden-ción.»
dto.
