En esta segunda entrega de la serie Magna Ciencia, Artur Sala nos acerca al gran misterio del origen de la vida. La moderna ciencia materialista responde a esta profunda cuestión situando el origen de la vida en un hipotético evento singular, acaecido hace miles de millones de años, trasladándolo así a un plano teórico casi imposible de comprobar ni refutar. En contraste, el autor aquí nos invita a un recorrido por los trabajos y hallazgos de importantes investigadores proscritos u olvidados, que tuvieron la audacia de investigar el origen de la vida en el aquí y ahora. Y de entre todos ellos, dedica un merecido tratamiento destacado a un científico especialmente brillante e incomprendido, que aún dará mucho que hablar en siguientes volúmenes de esta colección: Wilhelm Reich. El presente volúmen supone el intento más completo que conozcamos hasta la fecha, al menos en lengua castellana, de esbozar una historia del pleomorfismo, una forma diferente y basada en la investigación empírica de comprender el mundo microbiológico, sustento y base de toda la vida orgánica. Las obras que se rescatan en este libro.

LA CONEXIÓN ENTRE LA FÍSICA CUÁNTICA, LA CONCIENCIA, LA TEORÍA M, EL CIELO, LA NEUROCIENCIA Y LA TRASCENDENCIA

Más allá de la concepción material de la ciencia y dejando de lado el sectarismo religioso, se revela una conexión sorprendentemente clara entre la ciencia y la religión. Las reflexiones sobre la trascendencia que nos brindan los santos, los sabios y las personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte, cuando nos hablan de milagros, inmortalidad, Dios o conciencia, son totalmente coherentes con las teorías científicas en campos como la relatividad, la medicina, la teoría M, la neurociencia, o la física y la biología cuánticas. La física de Dios, como afirma Amit Goswamit, es una aportación exquisita y valiosa a la literatura sobre la evidencia científica de la existencia de Dios. ¿Podemos afirmar que Dios existe? ¿Es Dios científicamente verificable? ¿Existe una física de Dios? Selbie lo argumenta de forma convincente: a partir del testimonio de místicos de todo el mundo como Santa Teresa o Rumi; dando voz a científicos y pensadores como Albert Einstein, Bohm, Erwin Laszlo o Jung; y apoyándose en descubrimientos como la teoría de cuerdas y otros principios de la física cuántica, la biología o la neurociencia nos demuestra que una física de Dios es posible. La lectura de este libro te ayudará a comprender esta nueva perspectiva. Para disfrutar de ella no necesitas más cualificación que la de verte como algo más que las máquinas sin alma que muchos científicos materialistas ven en el ser humano. Convincente y concisa, la física de Dios demuestra que ciencia y religión, lejos de ser incompatibles, son mutua y profundamente coherentes.