El jardinero del Chahar-bagh
Los jardines de cada cultura representan el esfuerzo por sublimar la tierra y sus productos más allá de su carácter utilitario, concentrando en un determinado espacio bellezas florales y verdores perennes destinados al reposo y la contemplación. Si la caligrafía nos revela el arte de detener el tiempo mediante escuetas muescas, signos e ideogramas, el arte de la jardinería aparece entre los hombres para sacralizar un espacio y acotar una aspiración: la voluntad de dominio sobre la naturaleza a la par que la captura de un agua que, al fluir por canales simétricos, contraste con el desorden de los ríos y el ritmo aleatorio de la lluvia. En cierto modo cada jardín se cierra al mundo externo para abrir, en cambio, el cauce imaginario del hombre hacia regiones de frescura y ensueño.
Conocer los principales rasgos de una cultura implica observar los trazos de su caligrafía, recorrer sus jardines y oír su música. La letra, el parterre, la nota; son conquistas propias a la vez que regalos para los demás, obras de arte cuya expresión atraviesa los anales, los mitos y las crónicas. Los seis relatos de este libro reconstruyen esos cotos de placer que alguna vez fueran erigidos en Persia o Japón, Andalucía, Italia o Francia, por el esfuerzo de pocos y para el placer de muchos. Con frecuencia, el gozo que querían proporcionar se asienta sobre el crimen y la disputa, la violencia y el amor, el espíritu de competencia o la simple devoción. En este hermoso libro, Mario Satz, el celebrado autor de "La música de las esferas" o "El alfabeto alado", nos revela que en el afán por volver a la condición adánica que cada jardín estimula vemos desplegarse lo mejor del talento humano.
“Un escritor interesado en los sentidos subterráneos por los que circulan las más profundas concepciones. Satz abandona los campos trillados y se enfrenta a un mundo elaborado con paciencia franciscana”. JOAQUÍN MARCO, LA VANGUARDIA
"Nadie habita el corazón de una estrella, pero todos hacemos palacios de sus destellos". MARIO SATZ
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Breve tratado de la soledad
En un lenguaje conciso pero intenso, repleto de evocaciones de las diferentes tradiciones espirituales, Mario Satz nos detalla las dificultades y obstáculos que enfrentan quienes ?en una época crispada como la nuestra? salen al mundo a buscar su tesoro, la clave anímica de su ser. La llamada interior que marca el inicio de esa aventura solitaria, empero, no es oída por todo el mundo. Unos solo ven en la soledad un opresivo círculo de oscuros silencios, otros un castigo, un designio negativo. Muy pocos la consideran la mejor ocasión para nutrir el corazón y atreverse a indagar. Iniciado el viaje, aparecen las señales: del pasado, los maestros, los textos sagrados? Tal periplo puede ser largo o corto, accidentado o sereno, revelador o críptico. El aprendizaje es continuo y, por momentos, maravilloso. Por fin, inadvertidamente, llega el día en que la respuesta exterior aparece: este universo tiene, además de razón de ser, amor bajo cada uno de nuestros pasos.
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Los calígrafos
La escritura es la huella del ciempiés del Espíritu en la roca de los siglos, el esfuerzo de unos cuantos escribas por seleccionar, expresar y fijar el flujo de las cosas, la corriente de vida en la que se vieron inmersos. Los relatos de Los calígrafos de Mario Satz nos llevan de las llanuras americanas a Egipto, de China a Japón y de Yucatán a Turquía para revelarnos cómo eran aquellas existencias consagradas a los anales y los registros, el jeroglífico y la sílaba, pero también la iluminacion de los códices y los pergaminos surgidos del talento personal a la vez que de un alto grado de preparación artística. Conscientes de sus culturas y civilizaciones, los escribas y calígrafos de este libro nos permiten percibir, a través de la trama de sus propias vidas, el tejido completo de las épocas y los lugares a los que sirvieron y por cuyas leyes y costumbres se guiaron en tiempo de paz, guerra, peste o conquista.
Fiestas, rituales, fugas y danzas se suceden en la colorida prosa de esta obra que rescata, desde la òptica de un único ofico, épocas que como estratos de maravilllas y misterios forman parte, ya, del inconsciente colectivo de la Humanidad. Los calígrafos se lee como "las mil y una noches de la escritura", con una mezcla de asombro y familliaridad, encantaniento y consuelo.
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Los Músicos
Entre todas las artes la música es la que más cerca está del límite de lo que puede expresarse, penetra en lo invisible y nos conduce, con sus ritmos y escalas, a lo más hondo y a la vez a lo más inasible de nosotros mismos. La invención de la melodía se cuenta entre los logros más fabulosos del ser humano a la par que constituye el mejor de los consuelos. En Los Músicos, esta singular obra de Mario Satz, seguimos con creciente interés las historias de una flauta encantada en la India, la construcción de una pirámide en Egipto con sus obreros consolados por arpistas; accedemos al Israel bíblico para oír la salmodia de los levitas en las escalinatas que conducían al templo y vemos, en el Japón del siglo XVI, la relación entre la música y los juegos del incienso. El poeta persa Hafiz cuenta que, habiendo hecho el Creador una criatura semejante a sí mismo, en barro, intentó insuflarle el alma, pero como ésta se movía de aquí para allá, era inquieta, oscilante y ubicua, y se resistía a entrar en el cuerpo humano, el Hacedor mandó a llamar a los ángeles músicos para que tocaran la mejor de sus melodías. AL oírla, fascinada, el alma entró en éxtasis. Sin embargo, al constatar que su percepción no era lo bastante fina como para captar aquella belleza sonora, el alma se introdujo entonceS en el hombre de barro para servirse de él como concha acústica. Y fue a partir de ese instante que, música mediante, cuerpo y alma enlazaron su destino del modo más armónico posible.
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Arca de roca
Vivimos en una época difícil y diluvial en la que cada ser humano, desde la soledad de su corazón, se enfrenta con el viejo dilema de Noé: decidir qué se debe salvar del desastre, qué especies escoger por compañía, cuáles son las opciones esenciales.
Lévi-Strauss anotó que cada especie perdida es un fragmento artístico del universo que desaparece. Una visión maniquea y materialista nos ha conducido hasta el actual punto crítico. Hoy es la tierra, nuestro planeta, un arca de roca, de océanos y bosques amenazados, de frenesí despilfarrador y consumista. La nuvea respuesta ha de llegar por la vía de la sensibilidad ecológica y el reencuentro con la mitología. Para que lodispar entre las razas y las especies se armonice, lo fugaz se haga eterno, y el amor, antes que la utilidad, guíe los actos humanos, es preciso reencontrar la dimensión espiritual de la pareja y la bondad intrínseca de las cosas.
En el Zohar, sostienen los kabalistas que "los hombres creen que el Paraíso está en el cielo, pero los ángeles saben que está en la tierra". Efectivamente, es en la tierra donde hay que vivir y construir la felicidad. Para ello resulta necesario modificar la visión del mundo y asumir que el ser humano, uno más en el diorama de las especies, tiene una responsabilidad cósmica. Arca de roca es un libro que se adentra en estas nuevas instancias y postula una sabiduría ecológica, antigua como el aire, pero que debe renovarse constantemente.
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Senderos en el jardín del corazón: poética de la kábala
Uno de los más destacados especialistas sobre la kábala profundiza en los treinta y dos senderos de la sabiduría propuestos por el sistema kabalístico. Libro elegante y brillante, recomendado para todo aquel interesado en el tema.
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