Caminad mientras tenéis la luz
Caminad mientras tenéis la luz
- EAN: 9788493685003
- ISBN: 9788493685003
- Editorial: Asociación Prosveta Española
- Año de la edición: 2008
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 110 X 180 mm.
- Páginas: 208
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Otros libros de Aïvanhov
La fé que mueve montañas
"La fe debe ir acompañada de un largo trabajo, es el resultado de esfuerzos repetidos día tras día; es algo vivo que nunca debemos separar de nuestra vida cotidiana. Esto es lo que debemos comprender para poder descifrar el sentido de las palabras de Jesús:"Si tuvieras la fe de un grano de mostaza, diríais a esta montaña: Désplazate de aquí a allá, y se desplazaría"
dto.
Respuestas a algunas preguntas actuales
En 1937, llegó a Francia el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la ciencia iniciática, él precisa: "Cada quien debe trabajar en su propio desarrollo, a condición de que no lo haga únicamente para sí mismo, sino por el bien de la colectividad. Entonces la colectividad se convierte en una fraternidad. Una fraternidad es una colectividad donde reina una cohesión verdadera, porque al trabajar para sí mismo, cada individuo trabaja también conscientemente por el bien de todos".
dto.
Los dos árboles del paraíso
«Desde hace miles de años los humanos han intentado comprender el origen del mundo, así como la aparición del mal (y su consecuencia, el sufrimiento) en este mundo. A menudo lo han presentado en forma de mitos, por lo que en los libros sagrados de todas las religiones se encuentran relatos simbólicos que hay que saber interpretar. La tradición cristiana utiliza el relato de Moisés, en el Génesis, en el que se dice que en el sexto día de la Creación, Dios hizo al hombre y a la mujer y los puso en el jardín del Edén, entre todas las especies de animales y plantas. Moisés sólo nombra dos árboles de este jardín: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, del que Dios prohibió comer sus frutos a Adán y Eva...
«El Árbol de la Vida representa la unidad de la vida, en la que la polarización aún no se manifiesta, es decir donde no hay ni bien ni mal, una región por encima del bien y del mal. Mientras que el otro Árbol representa el mundo de la polarización, en el que es obligado conocer la alternancia de los días y de las noches, de la alegría y de la pena, etc... Estos dos árboles son pues regiones del universo, o bien estados de conciencia, y no simples vegetales. Y que Dios dijera a Adán y Eva que no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal significa que aún no debían penetrar en la región de la polarización... »
dto.