La sexualidad es un instrumento poderoso para conseguir una mejor calidad de vida. Su conocimiento es algo muy arraigado en casi todas las culturas. Pero el taoísmo incorpora una serie de técnicas en la que intervienen ejercicios, como son la respiración, el movimiento o una dieta alimentaría adecuada que no sólo mejoran el placer sino también la calidad de las relaciones sexuales. Las enseñanzas procedentes de la sexualidad oriental no sólo pueden conseguir alargar la vida, también son un poderoso aliado capaz de dar una mayor una mayor energía sexual y satisfacción a la hora de vivir.
 
 

Tanto en su poesía como en su pintura erótica, es el gozo sexual de la pareja quien da fuerza creativa al mundo. El coito y todas sus variaciones fortalecen las relaciones de pareja, la vida familiar y la pro­pia realización personal, no sólo físicamente sino -y por encima de todo- espiritual.

La recopilación de textos, pertenecientes a manuales, nove­las, cuentos y poemas de la antigua china presentes en La Divinidad Desnuda, y que versan sobre el mundo profunda­mente espiritual y gozoso del erotismo y el sexo practicado por nuestros antepasados, deben hacernos reflexionar sobre todo aquello que la moderna civilización intenta arrebatar­nos, y que es la libertad para acercarnos a nuestro propio paraíso con la fuerza más amorosa que se puede sentir: un sexo intensamente compartido. Chun Yeng Trang

Esta obra propone una inmersión en nuestro territorio sexual, en nuestro territorio amoroso, lugares donde nos hemos protegido, donde nos hemos dejado invadir por los demás, donde hemos desviado nuestra fuerza natural y espiritual a base de compulsiones, de bloqueos, de frigidez, lugares, sobre todo, donde hemos destruido lo mejor de nosotros mismos: esa unión profunda. La fuerza de la sexualidad y la fuerza del corazón que es el amor forman parte de un solo poder que reside en cada uno de nosotros para nuestra mejor realización. Conocer esas fuerzas, comprender cómo actúan en nuestro interior, es primordial para ayudarnos a reconocernos, a respetarnos, a sanar, a amarnos a nosotros mismos. Unir amor y sexualidad en un solo mundo es hacer el amor con amor. Porque entonces unimos dos universos que se abren a un tercero, mucho más vasto que la suma de las dos partes. Por medio de consejos y ejercicios, la autora nos ayuda a reconectar con nuestra fuente íntima y así transformar la fuerza del corazón y la fuerza de la sexualidad en fuerza de amor.