Jesús hablaba arameo: en busca de la palabra perdida
Jesús no dejó nada escrito. Únicamente, en una ocasión, hizo unos trazos en la arena, pero cualquier palabra confiada a ella acaba borrándose inexorablemente, lo cual de alguna manera prefigura qué ha podido ocurrir con su mensaje original.
Basándose sobre todo en la Peshitta, la versión aramea de los Evangelios que todavía utilizan los cristianos de Irak, Siria y el Líbano, Éric Edelmann nos propone un apasionante viaje al corazón de las enseñanzas originales de Jesús.
Lo que se ha convenido en llamar “el trasfondo semítico” de los Evangelios (las dos lenguas hermanas,
el hebreo y el arameo) constituye un pilar esencial para comprender el mensaje de Jesús y profundizar en él. Cada día son más los especialistas que opinan que Jesús hablaba arameo y que sus palabras han sido, deliberada y conscientemente, tergiversadas para adaptarlas a las necesidades de una religión al servicio de Roma.
Las enseñanzas de los Evangelios no son un mensaje moral y difuso, sino que constituyen un auténtico manual de vida interior. El autor las repasa y actualiza, alimentando la fuerza de su legado al mismo tiempo que nos devuelve la palabra perdida de Jesús.
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Los evangelios apócrifos: una introducción
En los Evangelios apócrifos se suelen poner muchas expectativas: ¿ofrecen finalmente toda la verdad sobre Jesús?: ¿descubren al fin aquello que la Iglesia ha silenciado y ocultado?: ¿encontraremos revelaciones sobre la vida íntima de Jesús en el Evangelio de María Magdalena, en el Evangelio secreto de Marcos o en el Evangelio desconocido de Berlín?... Para poder responder a estas preguntas es preciso adentrarse en la espesura de las tradiciones sobre Jesús fuera de los cuatro Evangelios canónicos, donde encontramos las especies más variadas: dichos dispersos de Jesús: fragmentos evangelicos en papiros: evangelios de la infancia de Jesús o sobre su muerte y resurrección: diálogos con el Resucitado: evangelios judeo-cristianos y, naturalmente, los evangelios de Nag Hammadi, descubiertos a mediados del siglo XX. El profesor Hans-Josef Klauck nos guía con extraordinaria competencia por el laberinto de estos escritos a la vez tan dispares y fascinantes, ofreciendonos una introducción amplia y compacta a los Evangelios apócrifos, escrita con el objetivo de "posibilitar el acceso de los lectores al texto mismo, a fin de que puedan formular un juicio crítico independiente" (del Prólogo a la edición española). HANS-JOSEF KLAUCK, ofm (1946) ha sido profesor de Exegesis del Nu
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Nuevos hallazgos sobre la descendencia de Jesús: el linaje secreto del Mesías al descubierto
Nuevos Hallazgos Sobre La Descendencia De Jesus
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Jesús y los manuscritos del Mar Muerto
Jesus Y Los Manuscritos Del Mar Muerto
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El arte de bendecir, para vivir espiritualmente la vida cotidiana
Partiendo de una experiencia espiritual personal, el autor subraya la existencia de unas leyes espirituales universales en las que todos podemos descansar plenamente seguros. La más elevada de todas ellas es la del amor incondicional, que debemos practicar tanto con nosotros mismos como con los demás. Y ofrece un instrumento privilegiado, el simple arte de bendecir, para hacer concreto y eficaz en todo momento ese amor incondicional que, al ser expresión de la unión con el Amor supremo, salva la vida llevándola a su cima.
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Un hombre llamado Jesús
En este libro, entre otras muchas cosas, encontrará: - ¿Qué sabemos en realidad de Jesús de Nazaret? - Los Evangelios apócrifos: la otra cara de las Sagradas Escrituras. - Textos revelados y textos condenados. ¿Cuál es la diferencia? - Los años perdidos. ¿Dónde está la información? - La Síndone de Turín: el Quinto Evangelio. - Jesús en las fuentes judías. - Cachemira, Priorato de Sión, Qumran, María Magdalena... ¿Dónde acaba la realidad y empieza la leyenda? - Apariciones, milagros, resurrecciones, exorcismos: el enigmático poder de Jesús. - Y tú, ¿quién dices que es Jesús?
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El evangelio de María: Myriam de Magdala
El Evangelio de María ha quedado prácticamente ignorado por el gran público. La primera redacción de este Evangelio, cuyo manuscrito se conserva desde 1896 en el Departamento de Egiptología de los Museos Nacionales de Berlín, dataría alrededor del año 150. Se trata pues, como los otros Evangelios, de uno de los textos fundadores o primitivos del cristianismo, atribuido a Miriam de Magdala, esa María Magdalena que fue el primer testigo de la Resurrección, la amiga íntima de Jesús y la iniciada que transmitió sus más sutiles enseñanzas.
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