Nacimiento, vida y muerte : según la medicina tibetana y la enseñanza dzogchén
Nacimiento, vida y muerte : según la medicina tibetana y la enseñanza dzogchén
- EAN: 9788499881843
- ISBN: 9788499881843
- Editorial: Editorial Kairós, S.A.
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 130 X 200 mm.
- Páginas: 256
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AGOTADO
Descripción
Este libro responde a dos cuestiones básicas del ser humano: por un lado, la natural búsqueda de la salud y bienestar cotidiano, y por otro, el cultivo de una dimensión espiritual, lo que nos conduce a abordar el nacimiento, la vida y la muerte con profundidad y concreción. El reconocido maestro Chögyal Namkhai Norbu comienza exponiendo las características del organismo según lo concibe la medicina tradicional tibetana, centrándose en la naturaleza de sus componente físicos y su interrelación. En la sección dedicada al nacimiento, se abordan, entre otros aspectos, las causas secundarias del sexo del bebé y los tipos de constituciones del niño, y la manera en que estos factores determina su salud.
En la sección correspondiente a la vida, se demuestra cómo la comprensión de las tres puertas del organismo (cuerpo, voz y energía) puede mejorar la salud física, mental y espiritual. Mantener un flujo permanente de atención y consciencia plenas resulta indispensable para relajar las tensiones y mejorar la salud. Finalmente, el autor aborda el tema de la muerte y nuestra actitud hacia ella, y ofrece una lúcida guía –basada en las enseñanzas del Libro tibetano de los muertos– para atravesar el cambio de estado que experimentaremos al abandonar nuestro cuerpo.
Un libro del que se beneficiarán no sólo los practicantes de dzogchén o del budismo tibetano, sino también quienes deseen indagar en enfoques sobre la salud alternativos a la medicina occidental.
Otros libros de Budismo Zen
Cantos De Milarepa II
Milarepa, considerado uno de los más grandes santos y poetas tibetanos, nació en 1052 y murió en 1135.
Durante 12 años consecutivos meditó en una cueva viviendo solo y alimentándose de ortigas, a tal grado que todo su cuerpo tomó un tinte verduzco.
Como consecuencia de este constante esfuerzo alcanzó la iluminación final.
Después su fama se extendió por todo el Tíbet y Nepal y fue conocido como el Jetsun Milarepa.
Tenía una hermosa voz y cantaba bellamente. Desde joven se dedicó al canto de las tonadas populares y fue reconocido como un buen cantante. Nadie sabe cuántos cantos y poemas compuso; los tibetanos dicen que cien mil. Y tal vez esto no es exagerado si se considera que durante más o menos la mitad de su vida utilizó el canto como medio de comunicar sus ideas y transmitir sus enseñanzas.
Sus cantos son un legado inestimable de experiencias yoga, instrucciones y prácticas de meditación. Para yoguis serios y practicantes del dharma, son en verdad una guía preciosísima.
A diferencia de los líderes religiosos, Milarepa nunca intentó construir un templo, formar una secta ni organizar ninguna clase de orden.
Su vida fue la de un gran yogui mendicante que vivió en las remotas montañas, vagando de uno a otro sitio como un santo trovador que predicaba el dharma a quien quisiera escucharlo.
Aunque en su tiempo fue ridiculizado por los eruditos budistas que lo tildaban de ermitaño ignorante, la historia ha comprobado que sus enseñanzas han sido superiores y de mayor alcance que la de aquellos letrados. Quizás la más grande contribución de Milarepa a la literatura budista haya sido demostrar la unidad e interdependencia de todas las enseñanzas esenciales del budismo.
dto.
Vida Y Enseñanza De Naropa
Naropa, indio de nacimiento, ocupa hoy un lugar privilegiado en la historia del budismo tibetano, tradición en la cual su vida marca el inicio de una nueva era y un ejemplo para quien anhela alcanzar valores espirituales.
La biografía, traducida a partir de fuentes casi desconocidas, aporta datos estrictamente históricos, pero es un resumen del desarrollo interior del santo erudito, desarrollo impulsado por su profunda devoción y fe, y el servicio infatigable a su maestro, que lo llevan a experimentar la Realidad mediante el conocimiento directo.
El arduo camino de Naropa es, entre otras cosas, una clara enseñanza sobre el papel del gurú, que es como el ser total del discípulo que le permite conocerse a sí mismo y no debe concebirse sólo en su forma humana.
En la búsqueda y experiencia de Naropa encontramos fielmente reflejada la evolución de toda búsqueda humana, desde la actividad intelectual basada en el conocimiento objetivo, que aunque parece exacto no es lo único importante y con frecuencia olvida lo esencial, hasta hacerse conciente de la división de su ser, rompiendo todos los hábitos mentales, prejuicios y fijaciones, para iniciar un periodo de plenitud e integridad.
Así, Naropa ejemplifica la vía del budismo tibetano para que el mundo de hechos categóricos pierda su fuerza sobre el hombre, quien los ilumina y transfigura incorporándolos a un mundo donde adquieren sentido y valor y lo que antes era fuente de conflicto y esclavitud se vuelve motivo de alegría y libertad genuina.
dto.
