Un viaje de mil millas empieza con un paso
Un viaje de mil millas empieza con un paso
- EAN: 978843520503
- ISBN: 978843520503
- Editorial: Cedel
- Año de la edición: 1979
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 130 X 190 mm.
- Páginas: 232
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Siendo Ram Dass
Siendo Ram Dass es el relato de la transformación y el despertar de Richard Alpert, un brillante profesor de psicología de la Universidad de Harvard que llegó a convertirse en Ram Dass, uno de los líderes espirituales más relevantes de nuestra época. Pero es también la crónica del nacimiento de la contracultura, de la exploración de la mente mediante el LSD y de los psicotrópicos en general, y de la difusión del Yoga y la espiritualidad oriental en Occidente.
Es posible que ningún otro maestro haya encendido el fuego de tantos buscadores espirituales occidentales como Ram Dass. Su libro Aquí ahora fue una guía pionera en divulgar el yoga en Occidente y en enseñar a los occidentales a convertirse en yoguis. Por su repercusión en el movimiento hippie y los subsiguientes movimientos espirituales, fue considerada «la biblia contracultural» y el texto más influyente de aquellos tiempos.
Estas memorias, en las que figuran personajes tan destacados como Timothy Leary, Elisabeth Kübler-Ross, Allen Ginsberg, Sharon Salzberg, Aldous Huxley o Alan Watts entre muchos otros, son una crónica de las vivencias de Ram Dass durante una época de transformaciones culturales y espirituales cuyos ecos perduran hasta la actualidad. Este es el vivo testimonio de aquel apasionante viaje desde la mente hasta el corazón, desde el ego hasta el alma.
dto.
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Días de prisión
Esta edición ha sido posible gracias a la financiación de Prashant y, como siempre, gracias a las inestimables traducciones de José María Martín.
Días de Prisión es uno de los libros más importantes escritos por Sri Aurobindo. Bajo forma de relato, él mismo narra como transcurrió la vida en la prisión de Alipore durante el año que permaneció allí encerrado hasta el día del juicio en que fue absuelto y su inmediata decisión de partir a Pondicherry siguiendo un adesh divino (una orden divina). Sri Aurobindo iba entonces a involucrarse en otra revolución –una revolución espiritual– cuyo desafío no era ya solamente el destino de la India, sino el futuro de la tierra.
Cuando me aproximé a Él por primera vez, yo no estaba enteramente inmerso en el espíritu del bhakta, ni tampoco en el del jnani. Me acerqué a Él hace mucho tiempo, en Baroda, algunos años antes de que comenzase el Svadeshi, antes de que me hubiese introducido en la vida pública. En esta época, apenas tenía una fe viva en Él. Había en mí un agnóstico, unateo y un escéptico, y no estaba absolutamente seguro de que existiera un Dios en todo lo que existe. Yo no sentía Su presencia. Sin embargo algo me atraía hacia las verdades de los Vedas, de la Gita, de la religión hindú. Sentía que debía existir una verdad poderosa en alguna parte de este Yoga, y una verdad poderosa en esta religión basada en el vedanta. Así pues, cuandoabordé el Yoga y resolví practicarlo con el fin de comprobar si mi idea estaba en lo cierto, lo hice en este estado de ánimo y Le dirigí esta plegaria. «Si Tú existes, entonces conoces mi corazón. Tú sabes que yo no pido la mukti (liberación), no pido nada de lo que Te puedan pedir otros; pido solamente fuerza para elevar esta nación; pido solamente que se me conceda la gracia de vivir y de trabajar para este pueblo que amo, y ruego que se me permita consagrarle mi vida». Durante largo tiempo me esforcé por lograr larealización del Yoga y al menos en alguna medida la conseguí, pero no me quedé satisfecho en cuanto al plano en el que yo estaba más empeñado. Entonces, durante mi reclusión en la cárcel, en la soledad de mi celda imploré de nuevo al Señor. Dije: «Dame a conocer Tu adesh (mandato divino). No sé qué trabajo debo hacer ni cómo llevarlo a cabo. Hazme conocer Tu voluntad»2. Entonces, en la comunión del Yoga percibí dos mensajes.
El primero decía: «Te he dado una obra que cumplir, y es ayudar a que esta nación se eleve. Pronto llegará el momento en el que serás liberado, porque, esta vez, no es Mi voluntad que tú seas condenado, o que tengas quepasar el tiempo sufriendo por tu país, como tantos otros. Tú reclamabas un adesh; helo aquí: Ve a realizar mi obra; esto es lo que he oído para ti».
El segundo mensaje que recibí fue este: «Algo te ha sido mostrado en este año de reclusión, algo acerca de lo cual tenías tus dudas, y este algo es la verdad de la religión hindú. Es esta religión la que Yo he reavivado y que ahora ofrezco al mundo, y es ésta la que Yo he desarrollado y perfeccionado a través de los rishis, santos y avatares, y que ahora comienza a propagarse entre las naciones a fin de llevar a cabo mi obra. Estoy haciendo resurgir esta nación para que difunda mi palabra. Ésta es el sanatan dharma, laeterna religión de la que tú no tenías antes un conocimiento real, y que te he revelado ahora. El agnóstico y el escéptico en ti han recibido su respuesta, porque te he dado pruebas, dentro y fuera de ti, físicas y subjetivas, que te han convencido. Cuando te lances a la acción, habla a tu nación, recuérdalesiempre esta palabra: que si ella se yergue actualmente, es para el sanatan dharma, para el mundo y no para ella misma. Esta libertad que le doy es para el servicio del mundo
"Yo sabía, a lo largo de todo el proceso, lo que Dios significaba para mí, porque le oía una y otra vez, siempre atento a esta voz interior: «Te estoy guiando; así pues, no temas», me decía. «Conságrate al trabajo para el que te he traído a esta prisión y cuando salgas, ten presente esto: no tengas miedo jamás, ni dudes jamás. Acuérdate de que soy Yo quien está haciendo esto, no tú, ni ningún otro. Por lo tanto, cualesquiera que sean las nubes que puedan llegar, cualesquiera que sean los peligros y sufrimientos, cualesquiera dificultades, cualesquiera imposibilidades, no hay, de hecho, nada imposible ni difícil. Yo estoy presente en la nación y en su renacer, y Yo soy Vasudeva, Yo soy Narayana, y es Mi voluntad la que se ejecutará, no la de otros. Lo que Yo deseo hacer, ningún poder humano puede evitarlo».
Durante su encierro aprendió a conocer a fondo el alma de los indios y de la madre India y su particular misión en el mundo. A lo largo de su estancia en prisión, el contacto con los guardianes, indios o ingleses, prisioneros de todas clasessociales, intelectuales o delincuentes, jueces y abogados que iban cambiando durante todo el proceso, le iban enseñando como Dios estaba en todo. En prisión descubrió que el alma milenaria de los indios les permitía disfrutar del precioso legado de su libertad interior, donde el miedo no existía, incluso en medio de las dificultades más extremas, descubrió las risas y la atmósfera pacífica y risueña de personas que, condenadas a muerte, eran capaces de jugar, cantar y disfrutar de lecturas espirituales como el Gita, los Upanishads o los Puranas. Nos habla también largamente de las cualidades que debe tener el alma aria.
“Esta alegría espontánea, esta forma de sabiduría, son la marca del sattwa, y sólo ellos tienen la capacidad de iniciar el yoga, ya que no se dejan dominar por el sufrimiento y permanecen alegres y llenos de buen humor en todas las situaciones." "Pero el hindú, como tal, condenado a la soledad y sumergido en las circunstancias más penosas, se dirige irresistiblemente hacia Dios, arrastrado por la eterna atracción que le lleva hacia Él. Así fue para nosotros. ¿De dónde procedía esa ola que nos envolvía a todos? Nadie sabría decirlo. Algunos, que jamás habían invocado a Dios, se involucraron en una disciplina espiritual y, asentándose sobre ellos la gracia del Todo-Compasivo, se mantuvieron sumergidos en la beatitud. En tres o cuatro meses estos jóvenes realizaron lo que un yogui no logra tras largos años depráctica." "Las olas sáttwicas barrían el banco de los acusados y, salvo cuatro o cinco, todos nos sentíamos inundados de una gran alegría, una alegría tal que cualquiera que la haya saboreado no puede ya ni olvidarla ni compararla con ninguna. En verdad, la esperanza del país, la esperanza de su futuro, reposa sobre la plenitud de sus cualidades sáttwicas. La soltura con la que el espíritu de fraternidad y el amor de Dios se apoderan del corazón del hindú y se expresan en sus actos, y la habilidad con la cual alcanza él mismo el conocimiento de sí, no se encuentran en tal grado en ningún otro pueblo."
dto.
Yoga Kripalu : guía de práctica integral
Esta guía de yoga Kripalu enseña paso a paso a despertar la conciencia del cuerpo y la respiración. Contiene dos series de posturas completas, seguras y profusamente ilustradas para principiantes y alumnos de nivel intermedio. Las indicaciones son muy fáciles de seguir gracias a los «puntos de control» que se definen para conseguir un alineamiento correcto en cada postura. Para los alumnos avanzados, el libro desarrolla un amplio menú de posturas adicionales para mejorar la fuerza y la flexibilidad y plantearse nuevos retos. También se proporciona a los lectores orientación para llegar a vivir la extraordinaria experiencia de la «meditación en movimiento», que se ha convertido en el distintivo del yoga Kripalu.
Pero el yoga Kripalu es algo más que un programa de ejercicio. También se enseñan las técnicas relativas a la conciencia y la energía que hacen del yoga un potente catalizador de la curación física, el crecimiento psicológico y el despertar espiritual. Aquí encontrarás técnicas concretas que te ayudarán a sobreponerte a las limitaciones físicas, desarrollar una dieta y un estilo de vida basado en tu propia sabiduría corporal y descubrir cómo la meditación y la relajación profunda pueden transformar tu manera de experimentar la vida cotidiana.
INDICE
Bienvenido al yoga Kripalu
PRIMERA PARTE. CONCIENCIA DEL CUERPO Y LA RESPIRACIÓN
CAPÍTULO 1. La práctica de estar presente
CAPÍTULO 2. Respira vida durante la práctica
CAPÍTULO 3. La unión del esfuerzo y el estiramiento
CAPÍTULO 4. Practicar en tu punto límite
CAPÍTULO 5. La conciencia y el alineamiento
CAPÍTULO 6. Rejuvenecer gracias a la relajación
CAPÍTULO 7. El arte de la práctica
SEGUNDA PARTE. LAS SESIONES PRÁCTICAS
Serie del Sol
Serie de la Luna
TERCERA PARTE. EL YOGA Y LA SALUD
CAPÍTULO 8. Nutrir las raíces de la salud
CAPÍTULO 9. Acceder a la sabiduría corporal
CAPÍTULO 10. Trabajar las áreas problemáticas
CUARTA PARTE. CRECIMIENTO PSICOLÓGICO Y ESPIRITUAL
CAPÍTULO 11. Profundizar en la práctica
CAPÍTULO 12. El prana, la energía vital
CAPÍTULO 13. Los canales de energía
CAPÍTULO 14. Purificar el cuerpo y la mente
CAPÍTULO 15. Experiencias y despertares
CAPÍTULO 16. Construir el carácter
CAPÍTULO 17. Abrir el corazón
CAPÍTULO 18. La ola de la sensación
CAPÍTULO 19. Despejar la mente
CAPÍTULO 20. El testigo consciente
CAPÍTULO 21. Meditación en movimiento
CAPÍTULO 22. Una relación viva con el espíritu
QUINTA PARTE. LA EVOLUCIÓN DE TU PRÁCTICA
CAPÍTULO 23. Crear series de posturas
Galería de ejercicios de calentamiento y posturas
Bibliografía y lista de recursos
Agradecimientos
Índice alfabético de posturas y experiencias
Centro Kripalu, el centro del yoga y la salud
dto.
Ashtavakra Gita
El Ashtavakra Gita considerado dentro de la tradición filosófica y religiosa de la India como una de las obras fundamental del Advaita-Vedanta (Nodualismo), postula que sólo el conocimiento del Ser es la respuesta única al problema del conocimiento de la Realidad absoluta y también del sufrimiento humano. El propósito de la vida, en la tradición hindú, es la eliminación de todo sufrimiento y el logro de la dicha suprema, a través de la autorrealización del ser.
En los diálogos entre el legendario rey Janaka y el sabio Ashtavakra, la ignorancia, que es causa de todo sufrimiento humano, se caracteriza como la ignorancia de la identidad entre el ser individual. (Atman) y el ser absoluto (Brahman); esto lleva a asumir una identificación con los aspectos externos y transitorios de la persona: el cuerpo, la mente, el intelecto, etc., que son meros vehículos. El Ser es impersonal, imperecedero, omnisciente, es la experiencia final y permanente de quienes alcanzan el estado de liberación o de iluminación completa.
El ser, nuestra naturaleza genuina, no se describe como una entidad metafísica, extraña o ajena a nosotros que vayamos a adquirir; no es un doble ni una proyección ideal de nosotros mismos, sino que es nuestro estado natural, nuestra esencia. En eso radica la enseñanza de los yoguis y de los místicos hindúes.
Esta experiencia del ser no aleja ni desconecta del mundo, por el contrario, al recobrarse el sentido de unidad, la percepción de la realidad en cualquiera de sus niveles y el contacto con los demás seres humanos se vuelven mucho más profundos.
dto.
