Empleando ejemplos de su propia vida, en este libro Cindy nos habla de las pruebas que todos vivimos, y de cómo afrontarlas y superarlas hasta llegar a la paz. Nos recuerda que podemos tomarnos la vida como un aula en la que aprendemos nuestras lecciones de perdón, y también nos ofrece una serie de herramientas y prácticas, muy lúcidamente explicadas, que nos permiten completar este proceso.

Esta una guía práctica para quienes se inician en Un curso de milagros y también un poderoso recordatorio para los estudiantes antiguos. Aborda temas muy diversos, desde el perdón hasta el contacto con extraterrestres, el ego, las emociones, las relaciones, el valor de la comunicación y la alegría. La manera en que está escrita refleja la claridad de su autora, su entusiasmo, su espíritu abierto a lo nuevo y su compromiso inquebrantable con los principios del Curso.

Este es, por encima de todo, un libro para aprender una nueva manera de mirar al mundo y de recordar el Cielo.

Este Curso es una revelación, y también lo es la nueva forma de conocimiento a la que invita. Al recibir el Curso, yo recibía revelación. Al pensar en ello, bloqueaba mi capacidad de reconocer lo que recibía.
Lector, lectora, estás a punto de recibir este Curso. Al abrir tu corazón para acogerlo, no confíes en tu mente para reconocer lo que recibes. Cuando cierres el libro y te pongas con el quehacer de tu vida diaria, no hagas como yo, no lo traigas a la mente. Sostenlo en el corazón. Permanece en la presencia del amor. No vuelvas a la separación. Haz todo lo que puedas para dejar de distanciarte de la vida. Empieza por el principio, por quien en verdad eres. No pienses demasiado. Deja que tu corazón te señale el camino.
Entonces verás que en el principio, y antes del principio, y antes del antes, sólo había amor.
Ser una primera receptora puede plantear dificultades. Tanto para Helen Schucman –cuya historia de cómo recibió Un curso de milagros es muy conocida– como para Mari Perron, su nueva condición no buscada les trajo una mezcla extraña de aislamiento, incertidumbre, e incluso notoriedad. ¿Y qué se suponía que tenían que hacer con el material, con sus vidas? No obstante, pese a experimentar episodios de conflicto interno, las dos protegieron con energía la integridad del texto, y sabían que habían recibido un insólito y precioso regalo.

La historia detrás del libro Un Curso de Amor.
Un Curso de Amor fue recibido por Mari Perron. Jesús se refirió a ella como la “primera receptora”. Él dijo entonces: "Mientras lees estas palabras, tú eres un “receptor” de este diálogo tanto como aquella que escuchó estas palabras primero y las transfirió al papel. ¿Acaso no recibes tú una pieza musical, a pesar de que puedas ser uno entre miles o millones de seres que la escuchan? ¿Importa acaso quién fue el primero en escuchar la música? Éste es, en verdad, un diálogo entre tú y yo. No desees que el “modo” de quien transcribió estas palabras sea igual para todos, y no pienses que escuchar “directamente” de la Fuente es distinto de lo que haces aquí". (Diálogos:1.19-20)

Mari Perron, una mujer devota Católica residente de St. Paul, Minnesota, Estados Unidos, descubrió Un Curso de Milagros (A Course in Miracles) en 1996. Inmediatamente supo que era verdad y lo leyó siete veces durante los siguientes dos años. Durante ese tiempo, a mediados de 1997, tiene un sueño en el que escucha: “No puedes seguir vendiendo tu mente por dinero. Ahora, tu mente le pertenece a Dios”. Le siguieron meses de búsqueda interior.

Eventualmente, Mari dejó su trabajo y se mantuvo a disposición para lo que... "no tenía ni idea". Luego de un año y medio aproximadamente de dificultades económicas, el 1 de Diciembre de 1998, Mari comenzó a “oír” la voz. “Tan pronto como oí la vos familiar de Jesús, no como yo la recordaba desde mi juventud o de la Biblia, sino como la recordaba de la varias lecturas de Un Curso de Milagros (A Course in Miracle), estaba encantada de la tarea que tenía por delante. Durante los próximos tres años me dediqué a recibir los tres libros que se combinan para transmitir este nuevo mensaje.”

¿Para qué son las relaciones? Esta es la pregunta que nos plantea Cindy Lora-Renard, y añade: la respuesta podría no ser la que piensas. Las relaciones sirven para pasar de la identificación con el ego al verdadero Ser, su finalidad es que tengan un propósito santo.
En este libro Cindy ahonda en las relaciones afectivas y románticas, e ilustra la diferencia entre el matrimonio tradicional y la relación espiritual, llevándonos a comprender que el objetivo no es solo ser uno con nuestra pareja, sino recordar la unidad con Dios y despertar del sueño de la separación. También dirige una mirada fresca a la infidelidad y a sus causas. Con 17 años se trasladó con su madre a Los Ángeles, California, donde reside. Comenzó su camino espiritual a los 20 años, probando diversas vías hasta que eligió Un curso de milagros. Más adelante conoció y se enamoró de su marido, Gary Renard, un destacado profesor de Un curso de milagros y autor de libros de gran éxito. Gradualmente se fue desplegando un proceso en el que tomó conciencia de la dirección que debía seguir. Ahora le encanta su trabajo de escritora, oradora y profesora en línea junto a Gary. Le gusta mucho conocer a gente de todo el mundo y decir: "Todos estamos juntos en esto".
Y nos enseña: “No podemos meditar para deshacernos de la culpa. Tenemos que deshacerla practicando con las personas y situaciones que más nos irritan”. Cuando esto ocurre, la necesidad de aferrarse a los agravios y juicios del pasado desaparece, las relaciones sanan y aceptamos que ya estamos completos.

En estas enseñanzas holográficas, Jesús expone la muerte tal como es: el más grandioso de todos los mitos inconscientes que han existido desde el principio del tiempo. Él nos anima a ver más allá de sus múltiples disfraces y a superar la muerte en todas sus siniestras formas, tal como Él mismo hizo. Se cree universalmente que la muerte es el único resultado cierto de la vida. Se considera un parte natural y legítima de la vida, el resultado que todos esperamos. La supervivencia del ego depende de la creencia de que la muerte física es innegociable, inevitable e inescapable. Nos considera víctimas de sus propias leyes de tiempo, privación, enfermedad, decaimiento y muerte. En otras palabras, insiste en que somos víctimas de un poder distinto del Amor omniabarcante de Dios. Pero, ¿cómo podría existir otro poder que el Amor de Dios a menos que nosotros, a través de nuestro libre albedrío, decidiéramos valorarlo?